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EL VERDADERO DIABLO Una Exploración Bíblica |
correo electrónico del autor, Duncan Heaster
Contenido Capítulo 2 - Algunas Enseñanzas Básicas de la Biblia Capítulo 3 - Algunas Implicaciones Prácticas 3-1 Algunas Implicaciones Prácticas Capítulo 4 - Demonios Capítulo 5 - Un Examen de los Pasajes Específicos de la Biblia que Mencionan al Diablo y a Satanás Capítulo 6 - Algunas Conclusiones |
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1-3 Satanás en la Edad Media El Creciente Acomodamiento al PaganismoAl relacionarse el cristianismo con el paganismo durante siglos, recogió algunas de las ideas paganas locales. J.B. Russell resumió la situación en este período: "El concepto cristiano acerca del Diablo recibió influencias de elementos del folclore, algunos de las culturas mediterráneas más antiguas, y otros de las religiones celtas, teutónicas y eslavas del norte. Las ideas paganas penetraron en el cristianismo mientras que las ideas cristianas penetraron en el paganismo" (1). De este modo, el dios celta del inframundo, Cernuno, "el dios con cuernos", se asimiló fácilmente en el cristianismo, tal como la festividad pagana del 25 de diciembre fue adoptada como "Navidad". Los dioses con cuernos de los escandinavos se podían comprar fácilmente con el Diablo; y de ahí la idea de que el Diablo tiene cuernos se hizo más popular en el arte cristiano [aunque no hay absolutamente ninguna relación bíblica acerca del Diablo con cuernos]. Hilda Davidson investigó cuidadosamente las creencias escandinavas acerca de la figura satánica y mostró extensamente cómo estas ideas fueron adoptadas por el cristianismo; en vez de presentar el llamado radical del evangelio y el reino de Dios tal como es, una visión del mundo fundamentalmente diferente (2). Una vez que se relacionó al Diablo con Pan, se le presentó con pezuñas, pelo de macho cabrío y una nariz larga, A Satanás no se le volvió a representar con cabello negro largo, sino más bien con pelo erizado como los dioses del mal de la Europa septentrional. De este modo, a los "conversos" al cristianismo se les permitía mantener algunas de sus ideas existentes, y éstas pronto llegaron a ser parte del tejido básico del "cristianismo" popular. Por ejemplo, los europeos del norte temían que los demonios entraran en una persona para impulsarlos a cubrirse la boca cuando bostezaban, y a temer estornudar ya que la inhalación del aire podría permitir que los demonios se precipitaran dentro de la persona. El cristianismo adoptó estas prácticas, añadiendo la frase "Dios te bendiga" cada vez que alguien estornudaba, en un intento por cristianizar la práctica. La Influencia del Islam
Es evidente que el Corán recibió fuerte influencia tanto de los mitos hebreos como de los mitos del circundante Oriente Medio. El punto de vista islámico acerca del Diablo es muy similar al punto de vista del cristiano común, aunque expresado bajo nombres diferentes. El Corán enseña que Iblis [Satanás] cayó porque rehusó inclinarse ante el recién creado Adán. Esto está en desacuerdo con el relato bíblico, que no dice nada acerca de ningún Satanás en Edén ni en la totalidad del libro de Génesis. Pero la enseñanza coránica es muy similar a la forma en que los "padres" cristianos decidieron que Satanás envidiaba a Adán y "cayó" debido a su envidia y a su orgullo herido. Esto, a su vez, era un punto de vista influenciado evidentemente por la obra judía apócrifa titulada "Libros de Adán y Eva". Mi argumento de todo esto es que las creencias cristianas populares acerca del Diablo tienen similitudes más fuertes con los mitos judíos y los conceptos islámicos / paganos que con el relato bíblico. Teología Medieval Gregorio "el Grande" y otros continuaron lidiando con las contradicciones y problemas teológicos inherentes dentro de la creencia en un Satanás personal. Gregorio especialmente desarrolló la idea de que Satanás tiene poder sobre la humanidad porque Dios le dio esto a fin de castigarnos por nuestros pecados. De nuevo, esto plantea muchas preguntas. ¿Cómo puede alguien ser castigado por sus pecados entregándoseles a las manos de un ser que desea hacernos pecar todavía más. ¿Y cómo puede hacer esto un Dios cuya declarada mira es redimir a la humanidad del pecado? ¿Y por qué entonces Dios tuvo supuestamente que comprarnos al Diablo con la sangre de su Hijo? Y si esto ocurrió en la cruz, entonces, ¿cómo es que la humanidad se halla aún bajo el poder de "Satanás" tanto después de la crucifixión como antes de ella? En vista de que Dios tiene la presciencia definitiva, ¿por qué habría permitido que Satanás se saliera con la suya en todo esto? Me parece que todo esto erra el objetivo: el corazón de Dios se rompe por nuestros pecados, por nuestro libre albedrío por el cual nos alejamos de él; y no porque algún dios rival lo venza temporalmente. Anselmo continuó los tortuosos argumentos. Desesperado por evitar aceptar a Dios como el autor del mal, él continuó culpando de esto al Diablo, pero lidiaba con el pensamiento de por qué Dios permitía que el Diablo pecara. Anselmo afirmaba que Dios ofreció la gracia al Diablo, pero que éste la rehusó. Y sin embargo, debido a la presciencia definitiva de Dios, esto de nuevo sólo lleva a la pregunta sobre los orígenes una etapa más atrás; ¿por qué permitió Dios que eso sucediera, y de dónde obtuvo el Diablo el impulso para rehusar la gracia? Tomás de Aquino lidió con los orígenes del pecado y del mal, enseñando que el pecado y el mal sólo están en la acción, y por lo tanto Dios no fue la fuente del pecado al proporcionar a la gente el libre albedrío. Aunque es la mente humana la que ejerce el libre albedrío otorgado por Dios, la cual es en verdad la fuente bíblica del pecado, el celo de Aquino por distanciar a Dios de cualquier cosa negativa lo llevó a negar el ABC de la enseñanza de Cristo en el Sermón del Monte (Mateo 5-7). Porque ahí, con bastante claridad, el manifiesto completo de Jesús se basó alrededor del tema que el pecado no sólo ocurre en la acción sino también en los pensamientos. De nuevo, Aquino siguió la tendencia cristiana usual de ignorar el enorme énfasis bíblico en que el pecado ocurre en el corazón, y de ahí la necesidad de controlar la mente en vez de tan sólo vitorear al lado de Dios en algún conflicto cósmico que observemos desde la tierra. Arte Cristiano
La Edad Media contribuyó al desarrollo de la imagen de Satanás por medio de difundida representación de él en formas de arte, haciendo la idea visual y de este modo más generalizada. La dificultad e incomodidad que enfrentaban los cristianos corrientes al tratar con la idea del Diablo se refleja en cómo los escritos y el arte cristianos han representado a Satanás, Lucifer, etc. Por ejemplo, a medida que el imperio romano se desintegraba, la literatura cristiana corriente llegó a presentar al Diablo como crecientemente siniestro y maligno, quizás reflejando el creciente sentido del mal y del desastre que estaba envolviendo al imperio. Se ha señalado que dondequiera que hubo hambruna y plagas en la Europa Medieval, las imágenes de Satanás y el infierno se hacían más aterradoras en la literatura y arte cristianos (4). J. Zandee observa además cómo en Egipto el cristianismo cóptico incorporó las ideas religiosas circundantes en la imagen cristiana del Diablo; por ejemplo, los demonios llegaron a tener "cabezas de animales salvajes, con lenguas de fuego saliendo de su boca, con dientes de hierro" (5). Otra investigación ha mostrado que la misma mezcolanza de ideas paganas acerca del Diablo ocurrió en el cristianismo europeo. Y a medida que el tiempo seguía avanzando, se llegó a hablar del Diablo no tanto como un ser físico, sino como un ser de "espíritu" no bien definido, fantasmal. J. B. Russell del mismo modo resume como las representaciones visuales de demonios cambiaron con el tiempo; indicando de nuevo que ellos "existen" en las cambiantes percepciones de la gente en vez de reflejos directos de lo que la Biblia dice: "En el arte bizantino, los demonios son generalmente antropomórficos, luciendo como ángeles... negros, ocasionalmente con cuernos o una cola... En los siglos decimoquinto y decimosexto un cambio radical de humanoides a monstruos ocurrieron en Grecia, Rumania y Rusia, cuando los demonios asumieron formas crecientemente bestiales... ovejas, perros... cerdos" (6). Él también observa que "la serpiente con rostro humano aparece en el arte de muchas culturas; semejante representación parece haberse hecho común en el arte cristiano en el siglo decimotercero" (7). El sentido de todo esto es que la historia del arte refleja como los conceptos "cristianos" acerca del Diablo estaban influenciados por el paganismo y por los acontecimientos sociales circundantes, más bien que por el estudio bíblico. Las obras ilustradas de Dante fueron quizás las más influyentes en fijar la idea de un Satanás personal en la mente de la gente. Habiéndose alejado de la sencilla ecuación bíblica del infierno con el sepulcro, Dante decidió que si hay grados de ángeles pecadores, entonces debe haber grados de infierno con los cuales castigarlos. Por supuesto, Satanás se hallaba ubicado en el centro mismo del infierno, encarcelado en la oscuridad y en el hielo. Por supuesto, para cualquier mente reflexiva, que el infierno sea un lugar de oscuridad y hielo contradice la idea popular de que era un lugar de fuego. Las contradicciones dentro de las imágenes de Dante acerca del infierno y Satanás realmente se acumulan; él decidió que Satanás debe haber aterrizado en algún lugar cuando llegó a la tierra, y sugirió que los cráteres y depresiones de la superficie de la tierra fue donde habían aterrizado los ángeles caídos. Las monstruosidades del Infierno de Dante son rechazadas hoy por probablemente la mayoría de las personas, incluyendo a quienes creen en un Satanás personal. Y sin embargo se aferran a los mismos errores acerca de los ángeles caídos, a un Satanás que fue literalmente arrojado del cielo a la tierra, etc., que él cometió. Así que, ¿por qué entonces deberían pensar que las ideas de Dante son tan erróneas? ¿Tienen ellas mejores respuestas a las preguntas que él trató de abordar; por ejemplo, en qué parte de la tierra aterrizaron Satanás y los ángeles, adónde fueron, etc., ? Demonización La Edad Media vio la continua utilización del Satanás personal y el mito del combate cósmico a fin de demonizar a la gente; judíos y musulmanes fueron demonizados como culpables de estar en liga con Satanás; el antisemitismo, las cruzadas y guerras contra musulmanes, etc., todo se justificaba con la idea de que eran de "Satanás", y así de alguna manera se justificaba cualquier abuso. Se afirmaba que Satanás mató a Jesús, pero los judíos mataron a Jesús, de modo que judíos = Satanás y deberían ser destruidos. Se hizo una conveniente conexión entre el estereotipo de judíos con nariz alargada y los dioses paganos del mal que también tenían la nariz alargada (véase Fig. 4). Aquí es donde la teología de escritorio pasa a la práctica. El énfasis bíblico es que Jesús destruyó a Satanás en la cruz (Hebreos 2:14), y no a la inversa, y que nadie tomó su vida de él, pues él la puso por amor a nosotros (Juan 10:18). Esta utilización del mito del combate cósmico para demonizar a las personas condujo al asesinato de cientos de miles de personas en la Edad Media en la locura por la cacería de brujas que estalló en Europa. De cualquier catástrofe se culpaba a Satanás, y por lo tanto se tenía que buscar y matar a sus agentes en la tierra. Y cualquiera que fuese física o teológicamente un poco "diferente" a los demás se suponía que era uno de los representantes de Satanás en la tierra. A mí me parece que nada ha cambiado esencialmente; nuestra raza parece incurablemente transferir la culpa y el mal a nuestros oponentes. Algunos musulmanes demonizan a los Estados Unidos como "el gran Satanás", y los cristianos occidentales hacen lo mismo con los musulmanes. Más que hacer frente a nuestro propio pecado personal, la humanidad busca afanosamente proyectar el mal a otros, a judíos, católicos, comunistas, rusos, árabes, negros, blancos... cuando la raíz de toda crueldad, el defecto fundamental, se halla dentro del corazón humano de cada uno de nosotros (Marcos 7:15-23). Notas
(1) J.B. Russell, Lucifer: The Devil in the Middle Ages (Ithaca: Cornell University Press, 1992) p. 62.
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