Digresión 6: "También los demonios creen, y tiemblan" (Santiago 2:19)
El término "demonios" se pone aquí por metonimia para referirse a la gente (supuestamente) poseída por demonios, y su observado "temblor" al momento de su sanidad. Pero no pienso que en este versículo Santiago está, por decirlo así, diciéndonos la verdad doctrinal acerca de los demonios. El contexto de Santiago 2 muestra que eso es parte de un diálogo imaginario entre el "hombre de obras" (que piensa que las obras pueden salvar), y un "hombre de fe" (que piensa que tan sólo por decir que creemos es suficiente y que nuestras obras son irrelevantes). Ambos de estos imaginativos hombres salen con declaraciones "erróneas", así que no es sorprendente que el "hombre de obras" menosprecie "la fe" diciendo que incluso las personas poseídas por el demonio pueden creer y ser sanadas. De por sí, difícilmente se puede tomar este pasaje como prueba de que los demonios realmente creen; la posición usual que se toma es que los demonios son ángeles caídos que no pueden creer y no pueden arrepentirse ni ser sanados. Este pasaje, tomado incluso al pie de la letra, no contradiría ese sistema de creencias.
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