>
| |
| |
| |
| |
| |
EL VERDADERO DIABLO Una Exploración Bíblica |
correo electrónico del autor, Duncan Heaster
Contenido Capítulo 2 - Algunas Enseñanzas Básicas de la Biblia Capítulo 3 - Algunas Implicaciones Prácticas 3-1 Algunas Implicaciones Prácticas Capítulo 4 - Demonios Capítulo 5 - Un Examen de los Pasajes Específicos de la Biblia que Mencionan al Diablo y a Satanás Capítulo 6 - Algunas Conclusiones |
|
5-8-2 Las Tentaciones en el Desierto: Una Ventana a la Mente de Jesús Hemos mostrado que las experiencias de nuestro Señor eran similares a las de Israel en el desierto. Los siguientes son comentarios adicionales que dan mayor discernimiento de sus tentaciones: -- El Señor se dio cuenta que se hallaba en una posición similar a Israel en otro desierto, y, por lo tanto, personalizó el pasaje de Deuteronomio referente a la experiencia que ellos tuvieron en aquel tiempo para aplicarla a sí mismo. -- La personificación de las tentaciones pecaminosas en el corazón del Señor como una persona llamada "el Diablo" muestra con mucha claridad cómo su mente estaba dividida entre carne y espíritu; sin la vaga superposición tan característica de nuestra semi-espiritualidad. Fue probablemente con esto en mente que él hábilmente partió en dos el pan que representaba su cuerpo en la Última Cena; para mostrar esa clara división que había dentro de sí mismo (Mateo 26:26). Un psicoterapeuta amigo mío, Dr. Artur Dombrovsky, me sugirió en relación con las tentaciones en el desierto que mientras más en contacto esté una persona consigo mismo, más claramente podrá verse a sí mismo desde su exterior; y mayor es la distancia que pueden poner entre ellos y el "yo interior" al que analizan y con el cual dialogan en un auto-examen. Gran parte de nuestra conversación interna es vaga; en cambio, la del Señor Jesús era específica y enfocada. Finalmente, él era el hombre en contacto consigo mismo. -- La cita de Deuteronomio 6:13, "[Sólo] a Yahvéh tu Dios temerás", se hizo probablemente teniendo en mente a Deuteronomio 6:14: "No andarás en pos de dioses ajenos". Quizás él interpretó a los ídolos paganos como los malos pensamientos de su corazón. Anteriormente, Deuteronomio 6:7, 8 había advertido que no repetir la Ley podría derivar en la adoración a ídolos; y Cristo vio que su descuido de la palabra del Padre podría llevarlo a servir a sus malos deseos. De modo que el propósito de las tentaciones era probar si Cristo realmente guardaría y aplicaría la palabra en su corazón (Deuteronomio 8:2) como lo fue para Israel en su desierto. -- Sólo Dios tiene el poder de dar el reino (Daniel 4:32). Que Jesús fuera tentado a tomarlo para sí (Mateo 4:9) indica que él fue tentado a hacerse igual a Dios. Filipenses 2:6 comenta sobre esto; que aunque tenía la misma mente perfecta que Dios, él no estimó la igualdad con Dios como algo que ni siquiera había que considerar. Esto muestra (una vez más) lo consciente que estaba Cristo de su mente sin pecado, y cómo esto lo tentaba a asumir orgullosamente la igualdad con Dios. Probablemente esto estaba en lo más recóndito de su pensamiento mientras argumentaba en Juan 10:34-36 que hombres en el Antiguo Testamento fueron llamados Dios, pero que él no estaba entonces tomando ese título para sí como podría haberlo hecho, sino sólo llamándose a sí mismo el Hijo de Dios. Su reconocimiento de que los muchos pasajes que funcionalmente aplicaban el nombre de Yahvéh a él, lo habría tentado a usar el nombre en su pleno derecho por ser él la máxima manifestación de Dios. Cristo reflexionó que él podía dar el reino a quienquiera que él quisiera (Lucas 4:6), y pensó en dárselo a sí mismo. Note cómo posteriormente él prometió darnos a nosotros las ciudades del reino (Mateo 19:28; Lucas 19:17). --Su "adversario", su propia mente, se citó Salmos 91:11, 12 a sí mismo (Mateo 4:6): "A sus ángeles mandará por ti". Este salmo hace referencia originalmente a Josué que es protegido por el ángel durante sus peregrinaciones por el desierto cuando los israelitas apóstatas fueron consumidos por el ángel destructor. La razón específica para esta protección se da en Salmos 91:1; porque él había permanecido en el tabernáculo, sin duda por el motivo de querer oír tanto como fuera posible de la palabra de Dios que habló el ángel a su maestro Moisés (Éxodo 33:11). Nuestro Señor estaba en una posición similar; dedicado a la palabra de Dios, siendo el resto del Israel apóstata. Habría sido tentador abusar del subsiguiente poder angélico que su espiritualidad lo había puesto a su disposición. --Surge la implicación de que al Señor le tomó 40 días en vencer al Diablo, después de lo cual el Diablo se fue. Esto se entiende más fácilmente en el sentido de una batalla interna más que en una lucha literal contra un ser sobrenatural. Y el hecho que duró 40 días muestra lo difícil que fue la lucha para el Señor. -- El Señor de pie en un alto monte observando el venidero reino de Dios (1) apunta a una escena idéntica en Apocalipsis 21:10. Hay otras conexiones con Apocalipsis: "Los reinos del mundo" = Apocalipsis 11:15; v. 9, 10= Apocalipsis 22:8, 9; v. 5= Apocalipsis 21:2. Es casi como si el Señor Jesús al dar el Apocalipsis estuviera remontándose a su pruebas en el desierto, regocijándose de que lo que en aquel tiempo fue tentado a tener ilegítimamente, ahora era suyo y nuestro legítimamente. La tentación en el desierto había de tomar el reino y gobernarlo para él más bien que para Dios; es decir, no para manifestar a Dios, incluso si externamente no habría ninguna evidente diferencia entre si él estaba manifestando a Dios o no en un espíritu aceptable. Para que estas tentaciones fuesen reales, debe haber sido posible que Dios hubiera permitido que Cristo tomara el reino; como también habría permitido que el Señor usara a los ángeles para que lo rescataran de su terrible experiencia en Getsemaní. Que Dios estaba dispuesto a aceptar una segunda opción, permitiendo que su plan de salvación fuera hasta donde el esfuerzo del libre albedrío de Cristo lo permitiera, habría sido una tremenda tentación pero también un estimulación para Jesús. De ahí el supremo deleite de Dios en la totalidad del esfuerzo y victoria de Cristo, como se describe, por ejemplo, en Isaías 49:5-9. -- Puede haber poca duda de que al estar de pie en un monte extendiendo la vista sobre el reino de Dios habría sido un recordatorio para Cristo de Moisés en el Monte Nebo, al cual por un desliz se le negó todo. Y eso lo debe haber mantenido alerta (Deuteronomio 34:1). Y habiéndose citado Deuteronomio 8:3 para sí mismo referente a vivir del pan / palabra de Dios, su mente habría ido a Deuteronomio 8:9 con su descripción de comer pan sin escasez en el reino; es decir, alimentación plena de cosas espirituales, en la alegoría. -- El Señor estuvo tentado a creer que sería preservado milagrosamente de estrellar su pie contra una piedra. Esto es una alusión a Proverbios 3:23, que promete que el Padre cuidará que el Hijo, en quien se complace, no "tropiece en el camino" (Versión Rey Santiago). Proverbios 3:4 se aplica específicamente al Señor Jesús en Lucas 2:52. Pero, "tropezar en el camino", en el contexto de Proverbios 3, se refiere a pecar, y a la necesidad de no tropezar por el arduo esfuerzo de aplicar la sabiduría divina en la vida cotidiana. ¿Tenemos aquí otra hacia la mente del Señor? ¿No es la implicación de todo esto que él fue tentado a pensar que como Hijo de Dios, de algún modo Dios lo preservaría de pecar, y así podría hacer como le placiera? Gracias a Dios, y a él, que haya apartado ese pensamiento muy lejos de sí. Nota
(1) Que Cristo haya visto "en un momento todos los reinos de la tierra" (Lucas 4:5), seguramente se refiere al futuro reino de Dios en la tierra; todos los reinos tal como serían en el futuro (compare Apocalipsis 11:15).
|