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EL VERDADERO DIABLO Una Exploración Bíblica |
correo electrónico del autor, Duncan Heaster
Contenido Capítulo 2 - Algunas Enseñanzas Básicas de la Biblia Capítulo 3 - Algunas Implicaciones Prácticas 3-1 Algunas Implicaciones Prácticas Capítulo 4 - Demonios Capítulo 5 - Un Examen de los Pasajes Específicos de la Biblia que Mencionan al Diablo y a Satanás Capítulo 6 - Algunas Conclusiones |
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4-2-1 La Teología Cananea Hecha Pedazos Una análisis de las creencias religiosas circundantes de las primeras tribus cananeas del tiempo del éxodo indica que el único Dios verdadero optó por revelarse en un lenguaje que aludía claramente a las ideas teológicas circundantes. Se ha mostrado que "El" era el nombre del más poderoso dios cananeo dentro de la pluralidad de deidades que ellos adoraban (1). Las características de Yahvéh Dios de Israel son casi idénticas al lenguaje de la época usado para describir a la deidad cananea "El" (2). Por ejemplo, "El" se casó con la prostituta Asarte, como Yahvéh se casó con la prostituta Israel (Oseas 3:1); y más digno de mención que todo, "El" sacrificó a su propio hijo (3). Significativamente, "El" es uno de los títulos que Dios usa para sí mismo en su palabra. Arthur Gibson señala que el nombre "Yahvéh" tiene similitudes con el dios amorreo Ya-Wi, y el dios ugarítico Yahaninu (4). Así que aquí hay clara evidencia de que Dios se revela en el lenguaje de la época a fin de demostrar, por el hecho mismo de su evidente superioridad, que estas otras deidades a las cuales él alude, no existían; Yahvéh era el verdadero "El". Aquellos dioses con nombres similares no eran nada comparados con el verdadero Yahvéh El. Martin Buber, una de las más finas mentes del judaísmo académico, acuñó el término "el demonismo de Yahvéh" (5). Él percibió, por ej., en el relato del ángel que enfrenta a Moisés procurando matarlo y entonces "lo deja ir", todo el lenguaje que típicamente se aplicaba a los demonios, al enfrentar y tratar de matar a un hombre de Dios (Éxodo 4:24). Pero el punto es que no es un demonio el que hizo esto, sino un justo ángel de Dios, al extremo que fue posible que el relato consignara que fue Yahvéh quien intentó matar a Moisés, y sin embargo cambió su propósito debido al arrepentimiento de Moisés y a la intercesión de una mujer. La observación de Buber era que el texto es una alusión a las creencias locales acerca de demonios, pero el relato bíblico deconstruye estas creencias al mostrar que es Yahvéh y sus ángeles los responsables de esas situaciones que los paganos, en cambio, atribuyen a supuestos "demonios". Elías y Eliseo Esta manera de demoler las pretensiones de las creencias paganas circundantes en ídolos y demonios es común en el Antiguo Testamento. De este modo, el relato de 1 Reyes 18 establece una contienda por la credibilidad entre Baal, el dios de la tormenta y de la lluvia, y Yahvéh Dios de Israel. Es evidente que Baal no existía; los espectadores quedaron totalmente convencidos por la magnitud del milagro de que "¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!". 2 Reyes 2:19 consigna cómo la gente se quejaba de que "las aguas son malas, y la tierra provoca abortos" (Biblia de Jerusalén, nota al pie de la página). Esto era evidentemente una superstición de la época; el terreno estéril no puede hacer que las mujeres que viven ahí sean estériles. Pero Eliseo no los reprendió por creer en semejante tontería. En cambio, realizó el milagro de sanar la esterilidad de la tierra. El relato dice que no hubo más esterilidad en la tierra o en las mujeres "conforme a la palabra que habló Eliseo". Normalmente, el pueblo habría acudido a magos para que echaran al demonio pertinente que ellos creían que estaba causando el problema. Pero el milagro hizo evidente que básicamente Dios había causado el problema, y que él podía solucionarlo fácilmente. Esta era una forma mucho más efectiva de eliminar la absurda superstición del pueblo que por un ataque frontal contra ella. Lucifer también… Dejamos uno de los mejores ejemplos para el final. Isaías 14:12-15 describe cómo "Lucifer", el rey de Babilonia, quiere subir a lo alto de los cielos y usurpar el trono de Yahvéh. Aquí en realidad se está citando de una leyenda ugarítica referente al dios Attr (el término hebreo para "Lucifer" es el equivalente de esto) (6). Attr quería llegar a ser el principal de los dioses, y lo logró, según la mitología circundante. Isaías 14 cita esta parte de la leyenda, pero muestra cómo él sería arrojado a la tierra por Yahvéh, al pozo más profundo. Esto establece claramente que la Biblia usa una alusión a las falsas ideas del mundo circundante a fin de hacer comprender la extensión del poder de Dios y, por lo tanto, la inexistencia de ídolos / demonios. La manera del Antiguo Testamento de deconstruir las ideas paganas pasó al Nuevo Testamento. Por ejemplo, muchos estudiantes han mostrado que el evangelio y las epístolas de Juan contienen abundantes alusiones al lenguaje de la filosofía gnóstica circundante a fin de mostrar la infinita superioridad del verdadero evangelio sobre la vana filosofía del mundo del primer siglo, en el cual se inspiró originalmente el evangelio de Juan (7). Este es un ejemplo del Nuevo Testamento de lo que se hizo en las Escrituras de todo el Antiguo Testamento. La Ley de Moisés.
Notes (1) J.C.L. Gibson, Canaanite Myths and Legends (Edinburgh: T,T Clark, 1978). (2) J. Gray The Legacy of Canaan (Leiden: E. J. Brill, 1957); véase también F.M. Cross, Canaanite Myth and Hebrew Epic (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1973). (3) Esto es mencionado por Werner Keller, The Bible as History (London: Hodder & Stoughton, 1957 ed.) p. 261. (4) Arthur Gibson, Biblical Semantic Logic (Cambridge: C.U.P., 1981) pp. 35, 137. (5) Martin Buber, The Prophetic Faith (New York: Macmillan, 1949) p. 47; también véase su On the Bible (New York: Schocken Books, 1982) p. 72. (6) La concordancia es notable. Se encontró una tablilla en Ras Shamra en 1929 con esta mítica leyenda, e incluyendo las mismas palabras que cita Isaías 14. Es el texto ugarítico Nº UM129. Véase C.H. Gordon, Ugaritic Manual(Rome: P.I.B., 1955). (7 Por ejemplo, John Carter, The Gospel of John (Birmingham: C.M.P.A., 1943). C.H. Dodd demuestra que frases en las cartas de Juan como "Nosotros estamos en la luz", "Nosotros conocemos a Dios", "Nosotros habitamos en Dios", etc., son todas frases gnósticas; lo que Juan está diciendo es que nosotros, los verdaderos creyentes, estamos en esta posición a causa de que conocemos el verdadero evangelio. De este modo, el Espíritu está aludiendo a las falsas pretensiones del mundo circundante y mostrando que el poder del Espíritu expuso estas pretensiones como falsas. Véase C.H. Dodd, The Johannine Epistles (London: Hodder & Stoughton, 1953). (8) R.E. Clements, Exodus (Cambridge: C.U.P., 1972) p. 182. (9) Clements, ibid.. (10) Clements, ibid p. 192.
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