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¿Qué Es El Evangelio?

 

EL VERDADERO DIABLO Una Exploración Bíblica

Libro completo en formato PDF

 

correo electrónico del autor, Duncan Heaster

 

Contenido
Prólogo (porTed Russell)
Introducción
Capítulo 1 - La Historia de una Idea
1-1 Una Historia del Diablo y Satanás en Tiempos del Antiguo Testamento
Digresión 1 - Deconstrucción
1-1-1 Israel en el Exilio: La Influencia Babilonia / Persa
1-1-2 La Influencia Griega
1-2    El Diablo en el Nuevo Testamento
1-2-1 Satanás en el Pensamiento de Justino Mártir
1-2-2 Satanás en el Pensamiento de Ireneo y Tertuliano
1-2-3 Satanás en el Pensamiento de Clemente y Orígenes
1-2-4 Satanás en el Pensamiento de Lactancio y Atanasio
1-2-5 Satanás en el Pensamiento de Agustín
1-3    Satanás en la Edad Media
1-4    Satanás Desde la Reforma en Adelante
1-4-1 Satanás en el Paraíso Perdido
1-5    Los Objetores
1-6    El Diablo y Satanás en el Pensamiento Reciente

Capítulo 2 - Algunas Enseñanzas Básicas de la Biblia
2-1 Ángeles
Digresión 2 - Judas y el Libro de Enoc
2-2 El Origen del Pecado y del Mal
Digresión 3 Romanos y la Sabiduría de Salomón
Digresión 4 La Intención y Contexto de Génesis
2-3 Satanás y el Diablo
2-4 El Satanás Judaico
2-5 El Infierno
Digresión 5 Cristo y los "Espíritus Encarcelados"

Capítulo 3 - Algunas Implicaciones Prácticas

3-1 Algunas Implicaciones Prácticas
3-1-1 "Ser de mente espiritual"
3-2 Las Preguntas Difíciles

Capítulo 4 - Demonios
4-1 El Diablo, Satanás y los Demonios
4-2 Los demonios y los Ídolos
4-2-1 La Teología Cananea Hecha añicos
4-2-2 Caso de Estudio: Resef
4-2-3 Caso de Estudio: Los Dioses de Egipto
Digresión 6 - "También los demonios creen y tiemblan" (Santiago 2:19)
4-3 Los Demonios y las Enfermedades
4-3-1 Legión y los Gadarenos
4-3-2 Exorcismo de Demonios
4-4 El Lenguaje de la Época
4-5 Dios Adopta una Perspectiva Humana
Digresión 7 - El Estilo de Enseñanza de Jesús
4-6 ¿Por qué Jesús no Corrigió a la Gente?
4-7 La Psicología de la Creencia en Demonios

Capítulo 5 - Un Examen de los Pasajes Específicos de la Biblia que Mencionan al Diablo y a Satanás
5-1 Prólogo: Pasajes de la Biblia Malentendidos
5-2 La Serpiente en Edén - Génesis 3:4-5
5-3 Los Hijos de Dios y las Hijas de los Hombres - Génesis 6:2-4
5-4 El Satanás de Job - Job 1:6
5-4-1 El Satanás de Job: ¿Un Correligionario?

5-4-2 El Satanás de Job: ¿Un Ángel Satánico?
5-4-3 Deconstrucción  del Mito Satánico en Job
5-5    Lucifer, Rey de Babilonia - Isaías 14:12-14
5-6    El Querubín Grande - Ezequiel 28:13-15
5-7    Zacarías 3
5-8   La Tentación de Jesús - Mateo 4:1-11

5-8-1 Jesús en el Desierto: Un Estudio del Lenguaje y de la Naturaleza de la Tentación
5-8-2 Las Tentaciones en el Desierto: Una Ventana a la Mente de Jesús
5-9    Los Espíritus Inmundos - Mateo 12:43-45
5-10  El Diablo y sus Ángeles - Mateo 25:41
5-11  El Diablo Quita la Palabra - Marcos 4:15
5-12  Satanás Como un Rayo - Lucas 10:18
5-13  Satanás Entró en Judas - Lucas 22:3
5-14  Pedro y Satanás - Lucas 22:31
5-15  Vuestro Padre el Diablo - Juan 8:44
5-16  Oprimidos por el Diablo - Hechos 13:10
5-17  Hijo del Diablo - Hechos 13:10
5-18  El Poder de Satanás - Hechos 26:18
5-19  Entregado a Satanás - 1 Corintios 5:5
5-20  El Dios de Este Mundo - 2 Corintios 4:4
"El Príncipe de Este Mundo" - (Juan 12:31; 14:30; 16:11)

5-21  Un Ángel de Luz - 2 Corintios 11:13-15
5-22  El Mensajero de Satanás - 2 Corintios 12:7
5-23  El Príncipe del Aire - Efesios 2:1-3
5-24  Dando Lugar al Diablo - Efesios 4:26-27
5-25  Las Asechanzas del Diablo - Efesios 6:11
5-26  El Lazo del Diablo - 1 Timoteo 3:6-7; 2 Timoteo 2:26
5-27  Se han Apartado en pos de Satanás - 1 Timoteo 5:14-15
5-28  Resistid al Diablo - Santiago 4:7; 1 Pedro 5:8
5-29  Prisiones de Oscuridad - 2 Pedro 2:4; Judas 6
5-30  El Cuerpo de Moisés - Judas 9
5-31  La Sinagoga de Satanás - Apocalipsis 2:9-10, 13, 24
5-32  Miguel y el Gran Dragón - Apocalipsis 12:7-9
5-33 El Diablo y Satanás Atados - Apocalipsis 20:2, 7, 10
Digresión 8: "El Hombre de Pecado"
La Bestia y el Hombre de Pecado
El Anticristo en Daniel

Capítulo 6 - Algunas Conclusiones
6-1  Algunas Conclusiones
Digresión 9 - El Sufrimiento (Bev Russell)

 

Digresión 7  El Estilo de Enseñanza de Jesús

Un Líder Paciente

 

El Señor Jesús le hablaba a los hombres la palabra "conforme a lo que podían oír", no como él era capaz de exponerla (Marcos 4:33). Él no siempre trasmitía a los hombres el máximo nivel de entendimiento que él mismo poseía. El lenguaje de Jesús, según se halla en el evangelio de Juan, es muy diferente al que encontramos en los otros evangelios. En verdad, la diferencia es tan notable que algunos han afirmado que en su relato Juan puso las palabras en la boca de Jesús. Mi sugerencia es que el Señor efectivamente dijo todas las palabras que se le atribuyen en todos los relatos del evangelio. Pero que él tenía dos niveles de conversación con la gente: una clase de estilo celestial y espiritual (que es el que tomó Juan), y también uno más terrenal, el cual tendían a consignar Mateo, Marcos y Lucas. En nuestro contexto, la sencilla información que surge es  que Jesús hablaba de diferentes maneras a diferentes personas; él adecuaba su lenguaje en conformidad con su público. Es significativo que en el evangelio de Juan no haya relatos de Jesús echando fuera a demonios; esto sólo ocurre en los relatos con público más amigable de los sinópticos.

Hay una tendencia entre algunas personalidades de volcar cada desacuerdo en la interpretación de la Escritura a un escenario de correcto - equivocado, verdad - error. Materias relacionadas con la doctrina básica del evangelio se les puede enfocar de esta manera. Pero convertir la interpretación de cada versículo bíblico en un área de conflicto es una receta para el desastre en las relaciones. Es por eso que quizás el Señor parece haber dejado pasar algunos problemas sin un comentario inmediato. Su uso del lenguaje acerca de los demonios es un ejemplo notorio. Perdió una batalla para ganar la guerra al mostrar a los hombres que el poder de Dios era tan grande que no había cabida para la creencia en la existencia de demonios. Sin embargo, en el camino hacia ese fin, él mandó a los "espíritus inmundos" que dejaran a los hombres, con el resultado que los observadores se maravillaban porque "manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen". En esa ocasión él no refutó directamente la errónea creencia, aun cuando esto significara que en el  corto plazo la errónea creencia se perpetuara. Pero durante el tiempo de su ministerio, y en todo el Nuevo Testamento, la referencia a los demonios se hace  cada vez menos, a medida que su predicación de la Verdad por medio del ejemplo y los milagros establecían que estas cosas realmente no existen. Asimismo,  no se declaraba específicamente que los dioses de Egipto no existen; pero por medio de los milagros en el Éxodo, era evidente que Yahvéh no tenía rival entre todos esos "dioses", al punto de mostrar su inexistencia (Éxodo 15:11; 18:11). Cuando se le acusó de estar aliado con "Satanás", el Señor no les presentó un cargo de blasfemia. En cambio, él razonó que un ladrón  no puede atar a un  hombre fuerte, y asimismo él no podía atar a "Satanás" a menos que él fuera más fuerte que Satanás  (Marcos 3:23-27). El no añadió que "Satanás / Beelzebú / demonios" no existen; en cambio, mostró que él era evidentemente  más fuerte que cualquiera de tales seres o fuerza, hasta el punto de que esa creencia ante semejante concepto  carecía de sentido. Más bien, sólo la fe debería estar en él.

Debemos hablar la palabra de tal manera que otros puedan oírla, expresando las verdades de Cristo en lenguaje y expresiones que los entiendan. Hay algunas diferencias dentro de los evangelios en los relatos de las parábolas. Podría ser que los diferentes escritores, bajo inspiración, estuvieran vertiendo las palabras arameas del Señor al griego en diferentes estilos de traducción. También debemos tener presente los diferentes públicos. Marcos habla de las cuatro vigilias de la noche, las que deben haber sido familiares para los romanos  (Marcos 13:35 compare con 6:48),   mientras que Lucas 12:38 habla de la división de la noche en tres vigilias (compare con Jueces 7:19). No obstante, Lucas parece traducir el estilo palestino de las cosas en términos que fueran entendibles para un público romano. De este modo, Lucas 6:47; 11:33 habla de casas con sótano, las cuales eran poco común en Palestina; y en Lucas 8:16; 11:33 menciona casas con un pasadizo de entrada desde el cual se puede ver la luz. El oficial de la sinagoga en Mateo 5:25 se convierte en el "alguacil" en Lucas 12:58. En Palestina, el cultivo de mostaza en un huerto estaba prohibido, mientras que Lucas 13:19 dice que se sembró mostaza en un huerto, lo que habría sido entendible sólo para un público romano. Parece que en estos casos la inspiración impulsaba a Lucas a traducir dinámicamente la esencia de la enseñanza del Señor en términos entendibles para un público no palestino. Incluso en Mateo 5:25 leemos de ir a prisión por el no pago de deudas, lo cual no era la práctica judía general. El encarcelamiento no formaba parte de la ley judía. El objetivo de todo esto es mostrar que debemos adaptar nuestras expresiones y lenguaje a nuestra público; y este principio se  muestra en la forma en que se usa el lenguaje en los evangelios en relación con los demonios en los casos de curación de algunas enfermedades. 

La Tolerancia de Jesús.

Juan 8:31 acredita que algunos judíos  creían en Jesús; y sin embargo el Señor llega a mostrar que ellos no "perseveraban en su palabra", no estaban verdaderamente confirmados como sus discípulos, y aún  no eran genuinos hijos de Abraham.  No obstante, parecería que Dios está tan ansioso por reconocer cualquier nivel de fe en su Hijo que a ellos se les acredita que son "creyentes", cuando aún les quedaba un camino muy largo por recorrer. El Señor  condenó cómo los fariseos "devoraban las casa de las viudas", y entonces inmediatamente leemos que él elogió a la viuda que depositó todo lo que tenía a las arcas de los fariseos. No era importante que la viuda se percatara de la hipocresía de los fariseos y así  no desperdiciara sus monedas; su generosidad fue aceptada por lo que era, aun cuando no logró el objetivo, en verdad, sólo alentó la obra de hombres malignos. El Señor fue criticado por "recibir a pecadores" y comer con  ellos  (Lucas 15:2). En  vez de la usual y esperada palabra griega prosdechomai, él les dio la bienvenida en la hermandad, simbolizando esto al comer con ellos. Este era un acto que tenía connotación  en la Palestina del primer siglo. Note que Pablo usa el término prosdechomai para describir una bienvenida a un hermano o hermana en la hermandad espiritual (Romanos 16:2; Filipenses 2:29). El Señor recibía en hermandad a la gente en la creencia de que esto los conduciría al arrepentimiento, siguiendo el ejemplo de su Padre de usar la gracia a fin de conducir a la gente al arrepentimiento (Romanos 2:4). Él no esperaba a que la gente lo hiciera todo bien y se arrepintiera y sólo entonces recibirlos en hermandad, como  una señal de que ellos estaban a la altura de sus normas.

El Estilo de Enseñanza de Jesús

El Señor y los escritores del evangelio parecen haber reconocido  que una persona puede  creer en Cristo, y ser reconocido como un "creyente" en él, aunque todavía no conozcan la plenitud de "la Verdad". "Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad" (Juan 8:31, 32). Claramente, el Señor veía etapas y niveles en el discipulado y en el conocimiento de la verdad. La vida de Jesús fue una vida de una gracia generosa en extremo y de procurar la salvación de los hombres, a semejanza del modelo de José que fue a buscar el bienestar de sus hermanos. Aun cuando él estaba "delirante", según el texto hebreo de Génesis 37:15 ("errante", en la Reina-Valera 1960), le dijo al extraño que él estaba buscando a sus hermanos (los cuales lo odiaban); buscarlos era su dominante deseo. Y lo mismo ocurría en la vida del Señor. Al igual que su Padre, él estaba dispuesto a ser increíblemente paciente a fin de ganar gente. Considere algunos ejemplos.

El Tema de los Demonios

Parece que el centurión creía en la posesión de demonios. Entendía que su siervo estaba "gravemente atormentado" por ellos. Creía que el Señor podía sanarlo, de la misma manera en que él podía decir a sus subordinados "ve, y  va" (Mateo 8:6-10). Y así, él implicaba, ¿no podía Jesús decir a los demonios, "¡Vete!", y ellos se irían, tal como ocurrió con los "demonios" del demente cerca de Gadara? El Señor no volteó para darle un sermón respecto a que "los demonios no existen" (aunque, por supuesto, no existen, y es importante entender que es así). Entendió que este hombre tenía fe de que él, como Hijo de Dios, tenía poder sobre estos "demonios", así que "se maravilló, y dijo... de cierto... ni aun en Israel he hallado tanta fe". Él se enfocó en la fe y entendimiento que tenía el hombre. Con la altura de su espiritualidad, con toda la razón que tenía para estar decepcionado de la gente, el Señor se maravilló de la fe de un hombre. Es una obra maestra la manera en que  se centró en la genuina fe que encontró, y trabajó para desarrollarla, a pesar de que hubiera un elemento de falso entendimiento en esa fe (1).

Legión creía que estaba poseído por demonios. Pero el Señor no lo corrigió por esto antes de sanarlo; en verdad, uno asume que el hombre probablemente tenía algún grado de fe para que el milagro se haya realizado (Mateo  13:58). Lucas 8:29 dice que Legión "era impelido por el demonio a los desiertos", de la misma manera en que el Señor había sido impulsado al desierto por el Espíritu (Marcos 1:12), y sin embargo, en esta ocasión venció al "Diablo" en  cada caso. El hombre seguramente tenía el propósito de reflexionar sobre estas cosas más sutiles y ver que lo que sea en lo que haya creído anteriormente era inmaterial e irrelevante en comparación con el poder del Espíritu del Señor. No obstante, el Señor "consintió" en su ruego de que los demonios que él creía que estaban dentro de él fuesen echados "al abismo"; así de arraigada se hallaba él su falsa creencia acerca de demonios y pecadores que son echados al abismo.

Esto estaba de acuerdo con los estilos curativos que la gente estaba acostumbrada en aquel tiempo; por ej., Josefo consigna como Eleazar sacaba a los demonios de la gente y colocaba un vaso de agua cerca, el  cual [supuestamente] era volcado por los demonios cuando salían de la persona enferma (Antigüedades de los Judíos. 8:46-48). A mí me parece que el Señor "consintió" en esta  clase de necesidad de una confirmación, y así  fue como hizo que los cerdos se precipitaran en estampida por el acantilado para simbolizar al hombre sanado que su enfermedad efectivamente lo había dejado.

La frase "Pero si yo hecho fuera los demonios por Beelzebú, ¿vuestros hijos por quién los echan?"  (Lucas 11:19) muestra al Señor asumiendo por un momento que existían los demonios, y que los judíos podían echarlos fuera. Él no objeta directamente sus falsos milagros, sus exagerados informes acerca de sanidades, ni confirma la inexistencia de los demonios. Él los toma desde donde están y procura guiarlos a la verdad.

Bien podría haber más ejemplos de esta  clase de cosas en el Nuevo Testamento de lo que le pueda parecer a los lectores. La advertencia de que los inicuos serán arrojados al fuego perpetuo preparado para el Diablo (Mateo 25:41) se estaba refiriendo al destino apócrifo de los supuestamente "ángeles inicuos", según se consigna en 1 Enoc 54. Las referencias al Tártaro y a los ángeles pecadores en 2 Pedro y Judas son también claras referencias a creencias erróneas que eran comunes en los escritos judíos apócrifos y seudo-epigráficos. Estas erróneas ideas                    --y erróneas son-- no se corrigen directamente, sino más bien se saca una lección moral de esos relatos. Este es el objetivo de aludir a ellos; pero no hay una corrección explícita de estos mitos al principio. La forma en que el Señor compuso su parábola acerca del rico y Lázaro en Lucas 16 es prueba suficiente de que él mismo aludía a falsas ideas sin corregirlas, sino más bien a fin de establecer una lección moral dentro de la defectuosa estructura de entendimiento de su público. En verdad, la Biblia está llena de casos de los cuales Dios usa una idea técnicamente "errónea", sin corregirla, a fin de enseñar un principio más elevado. De este modo, una águila no lleva a sus aguiluchos sobre sus alas; revolotea sobre ellos. Pero desde una perspectiva terrestre, parecería que [mirando hacia arriba], el águila está llevando a sus aguiluchos sobre sus alas. Dios se acomoda a nuestra perspectiva terrenal a fin de guiarnos a las cosas celestiales. Él no procura corregir nuestro conocimiento a cada paso, pues entonces su objetivo fundamental no se lograría.

"Satanás tiene un final"

 

En Marcos 9:23 se le pregunta al padre si podía  creer [es decir, que Jesús podía echar fuera al demonio]. Él replicó que sí, aunque su fe era débil, él creía [que Jesús podía echar fuera al demonio]. Jesús se enfocó en su fe más bien que en sus creencias erróneas. En primer lugar, la fe era por sobre todo en lo que el Señor se estaba enfocando. Los judíos acusaron al Señor de estar aliado con el príncipe de los demonios, Beelzebú. Su comentario fue que si la familia / casa de Satanás estaba tan dividida, entonces a Satanás le "ha llegado su fin" (Marcos 3:26). Su enfoque era, "está bien, Uds. creen en los demonios, en Beelzebú, etc. Bueno, si ese es el caso, entonces conforme a la extensión de su lógica, Satanás llegará pronto a su fin, cesará su existencia. Esa es la conclusión. Precisamente, yo estoy 'atando al hombre fuerte', dejando a Satanás sin poder, haciendo que 'tenga un final', y así, de cualquier forma que lo miren, creyendo en demonios o no, el resultado final es que Mis milagros demuestran que efectivamente Satanás no tiene poder y ya no es un obstáculo". La forma en que está escrito el Nuevo Testamento refleja el mismo enfoque.  Cuando el Señor quedó solo con sus discípulos, lo explicó un poco más: "Si al padre de familia [es decir, Jesús] llamaron 'Beelzebú', ¿cuánto más a los de su casa?" [es decir, los discípulos] (Mateo 10:25). Al decir esto, el Señor estaba clarificando que, por supuesto, que realmente no quiso decir que él era parte de la familia de Satanás, obrando en contra de Satanás para destruir a la familia entera. Más bien, él y su familia estaban absolutamente separados de la familia de Satanás. Pero no hizo esa aclaración a la multitud judía; simplemente usó la idea de ellos y razonó con ellos en los propios términos de ellos.

Note al pasar que los judíos realmente pensaban que Jesús era Beelzebú, o Satanás. Esta sería una explicación para su demente pasión por matarlo; porque aquellos tildados  como  "Satanás" eran perseguidos hasta darles muerte en esas sociedades, como se vio después en la cacería de brujas en la Edad Media. Los judíos decían que Jesús era un falso realizador de milagros, un falso Mesías, un fraudulento Hijo de Dios; todas éstas eran características de lo que ellos pensaban acerca de "Satanás". Algunos siglos después, el sabio judío Maimónides describió a Jesús como si fuera el anticristo: "Daniel ya había aludido a él cuando presagió la caída de un inicuo y hereje entre los judíos, que se esforzaría por destruir la Ley, afirmaría que las profecías se referían a él, pretendería que podía hacer milagros, y sostendría que él es el Mesías" (Maimonides's Epistle to Yemen, [Epístola a Yemen, por Maimonides]. Se ha sugerido que en la forma en que se refieren a él los escritos rabínicos judíos  como Yeshuis es un acrónimo de la expresión hebrea   וזכרו שמו ימח (yemach shemo vezichro, o sea, "Que su nombre y memoria sean borrados". Esta era la misma definición judía para Satanás. Ellos veían a Jesús como a Satanás mismo, de ahí que insistieran tanto en matarlo. No obstante, por un hábil giro de la Divina Providencia, fue por medio de la muerte de Jesús que efectivamente se le dio muerto al verdadero Diablo (es decir, el poder del pecado)  (Hebreos 2:14). Para aquellos con mente suficientemente perceptiva para verlo, una vez más las ideas judías habían  vuelto contra ellos para revelarles la verdadera naturaleza del Diablo, dentro del propio marco de referencia y terminología de ellos mismos. Asimismo, Beelzebú significa literalmente "el señor de la casa", y el Señor Jesús alude a esto al describirse a sí mismo como el Amo de la Casa de Dios.

Otros Ejemplos en la Enseñanza de Jesús

--A los hombres del Señor se les acusó de "trillar" en el día de reposo porque frotaban las espigas con las manos (Marcos 2:23-28). El Señor pudo haber  contestado: 'No, esta no es una definición bíblica sobre trabajar en el día de reposo'. Pero no lo hizo. En  cambio, razonó así: 'Bien, supongamos que Uds. tienen razón, pero David y sus hombres infringieron la ley cuando se hallaban cumpliendo la voluntad de Dios, esto anula la necesidad de una obediencia técnica'. El Señor Jesús no estaba corrigiendo constantemente errores específicos de interpretación. Él se enfocaba en principios mucho más elevados que esto, a fin de establecer una idea más esencial, práctica y útil.

--El empeño del Señor por inculcar la fe se ve en la forma en que prevé los probables procesos del pensamiento dentro de los hombres. "No comencéis a decir dentro de vosotros mismos..." (Lucas 3:8). Él los llamó generación de víboras; y con vehemencia fortaleció la fe del centurión  cuando se le notificó que la fe era inútil,  porque su hija ya había muerto. Y estamos conscientes de su ferviente buena disposición para responder cuando le dijo a la  mujer: "Mujer, créeme..." (Juan 4:21). Aun cuando ella tenía una actitud de confrontación y resentimiento contra el pueblo judío, y quizás (como han sostenido algunos) mostrando una agenda feminista, el Señor buscó en ella la fe más bien que corregir su actitud hacia estas cosas. Dios también busca la fe, y algunas de las  victorias repentinas que concedió en el Antiguo Testamento fueron para hombres por lo demás sin inspiración que en su desesperación acudieron a él, tanto respeta él la fe que los escuchó  (por ej., 1 Crónica 5:10-20).

--Cuando los judíos se  mofaban de él por decir que había visto a Abraham, el Señor no les respondió que, por supuesto, eso no era lo que quiso decir; en cambio, elevó el  nivel de la conversación diciendo: "Antes de Abraham, yo soy".

--Los discípulos no tuvieron suficiente fe para curar al  niño enfermo. Jesús les dijo esto: Fue "por vuestra poca fe... si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este  monte: Pásate de aquí allá" (Mateo 17:20). Piense cuidadosamente lo que ocurre aquí. Ellos no tenían fe ni siquiera como un diminuto grano de mostaza; no tenían la fe para curar al niño. Pero Jesús dice que ellos tenían "poca fe". Él reconoció la insignificante fe que tenían. Él era muy sensible ante el grado de fe de las personas, incluso aunque a fin de cuentas fuera insignificante. También nosotros necesitamos poder discernir positiva y vehementemente la fe de aquellos a quienes predicamos y procurar desarrollarla espiritualmente. De manera similar, Dios estaba desilusionado de que su pueblo no sólo había sido desobediente con él, sino que ni siquiera habían sido  obedientes con sus conquistadores (Ezequiel 5:7). Él valoriza mucho la obediencia, y tenía una actitud que procuraba ver si por lo menos la tuvieran con alguien, incluso si lo habían rechazado a él.

--El Señor habló de no hacer que los judíos ortodoxos tropezaran por no pagar el tributo; sin embargo, él procede a decir que debemos tener cuidado de no hacer que tropiecen los pequeños que creen (Mateo 17:27; 18:6). ¿No vería quizás en la comunidad judía ortodoxa los comienzos de la fe... una fe que había de verse realizada cuando una gran compañía de sacerdotes fuera después obediente a la fe en él? Ninguno de nosotros habría tenido esa sensibilidad, esa buena disposición, ese espíritu inquiridor. Es verdaderamente un desafío para nosotros. Como Hijo de Dios, caminando libremente en la casa de su Padre , Jesús no tenía que pagar el impuesto al templo. Pudo haber insistido en que él no tenía que pagarlo, pudo haber defendido lo que era correcto y verdadero. Pero hacer esto puede ser a menudo egoísta, una defensa del yo más bien que una búsqueda de la gloria del Padre. Y por eso le dijo a Pedro que "para no ofenderles", pagaría. Tenía tanta esperanza de que algún día alcanzaran salvación, que estaba preocupado de no ofender a estos miserables hombres, los cuales no eran dignos de respirar el mismo aire que él respiraba. Nosotros los habríamos descartado; pero él se preocupaba de  no ofender la fe potencial que ellos pudieran tener.

--Cuando los discípulos tontamente intentaban tener lo que ellos pensaban que eran los lugares favoritos a su derecha y a su izquierda, el Señor pudo haberles contestado: '¡Insensatos! ¡Los que queden a mi izquierda serán condenados!' Pero él, clementemente, no  hizo comentario por su grave error. Él se enfocó en un  principio mayor: que nosotros no debemos buscar la grandeza personal, en vista de que Dios es el juez de todo (Mateo 20:23). Pero lamentablemente, gran parte de nuestra predicación se ha dedicado únicamente a señalar los errores de los demás sin consideración por la poca fe y el poco entendimiento que ellos tienen, y procurar desarrollarlos.

--Cuando la gente le preguntó: "¿Qué señal, pues, haces tú para que veamos, y te creamos?" (Juan 6:30), el Señor pudo haberles dicho palabras similares a Hebreos 11:1; pudo haberlos corregido diciendo que en  realidad la fe no se relaciona con lo que uno puede ver. Uno no puede "ver para creer" en el  verdadero sentido de la creencia. Pero el Señor no hace eso. Él dice que delante de ellos el es el aliento de Dios, que se dio milagrosamente. Y el tono crítico de ellos cambia: "Señor, danos siempre este pan" (Juan 6:34). Seguramente, este es nuestro modelo a seguir; no corregir  necesariamente cada error cuando lo vemos, sino recoger algo que la otra persona haya dicho y desarrollarlo para llevarla a la verdad.

-- Otra mujer pensó que tocando su túnica, sanaría. Ella tenía la misma errónea idea de muchos creyentes ortodoxos y católicos de  nuestros días; que algún artículo físico puede dar sanidad. El Señor la corrigió diciéndole que fue su fe --no el toque de su túnica-- lo que la sanó (Mateo 9:21, 22). De  nuevo, él se había enfocado en lo que era positivo en ella, más bien que en lo negativo. Sabemos que usualmente el Señor buscaba la fe en las personas antes de sanarlas. Sin embargo, después de este incidente hubo ejemplos donde fueron sanados aquellos que tan sólo buscaban tocar su túnica (Marcos 6:56; Lucas 6:19). Probablemente tenían la esperanza de que tendrían una experiencia similar a la de la  mujer. Uno podría argumentar que eran simples oportunistas, como lo eran sus parientes que los acercaron lo más posible a la ropa de Jesús. Y probablemente mucho de esto había en ellos. Quizás no es accidental que Marcos consigne en el mismo capítulo (Marcos 6:5) la conexión entre la fe y la decisión de Jesús de sanar.

--Todavía hubo otra mujer que evidentemente era una pecadora, y el Señor dejó en claro que él sabía todo acerca de sus cinco hombres. Pero él no hizo hincapié en eso; su respuesta ante este hecho fue básicamente: 'Tú tienes sed, y yo tengo el agua que necesitas'. Él vio su necesidad, más que su problema  moral; y él conocía la respuesta. Cuando ella replicó que no tenía marido, él pudo haber respondido: '¡Eres una mentirosa! ¡Una verdad a medias es una mentira!'. Pero no lo hizo. Él dijo de una manera tan positiva, suave y delicada: "Bien has dicho... porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad" (4:16-18). Él pudo haberla apabullado, pero no lo hizo. Y nosotros, que 'tenemos la verdad', debemos aprender una lección de esto. Él se sintió animado por la respuesta que ella le dio, aun cuando su comentario, "¿No será éste el Cristo?" (Juan 4:29), implica que aún  no estaba segura. Raymond Brown ha comentado: "La pregunta en griego con meti implica una improbabilidad" (The Gospel According to John, Vol. 1, p. 173). De modo que esta mujer samaritana, en el mejor de los casos, estaba siendo engañosa cuando dijo: "No tengo marido [hombre / pareja]" (Juan 4:17). El Señor pudo haber respondido: 'No me mientas. Tú sabes que estás viviendo con un hombre, y que has tenido cinco hombres en tu vida'. En cambio, el Señor recoge su engañoso comentario de manera positiva, concordando en que su última relación no era realmente un hombre / marido como lo entiende Dios. Yo considero que su positiva actitud aquí es insuperable.

--El Señor sabía que Pedro tenía una espada / cuchilla oculta en su ropa cuando se hallaban en Getsemaní. Pero no hizo nada; no usó su conocimiento de la debilidad de Pedro para criticarlo. Él sabía que lo mejor era dejarlo así, y entonces el milagro de sanar a Malco debe  haber más que convencido a Pedro que los hombres del Señor  no deben usar espada. Por cuanto el Maestro había sanado, no asesinado, a uno de los hombres que fueron enviados a arrestarlo.

-- "Juan... dio testimonio de la verdad [es decir, de la legitimidad de Jesús]. Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno [es decir, de Juan]; mas digo esto, para que vosotros seáis salvos... Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obra que el Padre me dio... dan testimonio de mí". Deseo recalcar el comentario del Señor: "Mas digo esto, para que vosotros seáis salvos". El Señor quería que los hombres aceptaran el testimonio de su Padre, pero él estaba dispuesto a aceptar el testimonio humano de Juan, y en realidad este nivel inferior de percepción de ellos, que preferían creer las palabras de un simple hombre, el Señor aun lo permitiría a fin de conducirlos a la salvación.

--No se consigna que el Señor haya corregido el malentendido de los discípulos de que él iba a cometer suicidio al ir a Lázaro (Juan 11:16). Dejó que los acontecimientos siguieran su curso y dejó que los discípulos reflexionaran sobre esta situación a fin de que llegaran a un entendimiento más correcto de sus palabras.

--Los discípulos pensaron que el Cristo resucitado era un espíritu, un fantasma. Ellos volvieron a sus antiguas supersticiones. Pero él no respondió con una charla acerca del estado de la muerte, o que toda existencia sólo es corporal, tanto como lo era él. En cambio, adoptó por un momento la posición de ellos y razonó a partir de eso: "Un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo" (Lucas 24:39). La esencia de su interés era la duda que ellos tenían de él y de su resurrección, más bien  que hayan vuelto a supersticiones erróneas.

--El relato recalca la incongruencia e impropiedad de la santurronería del joven: "El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde  mi juventud". Él era joven, y dice que desde que era joven había  guardado todos los mandamientos. Ahora bien, el Señor no le da una charla acerca de creerse justo, ni señala que el joven está sobrevalorando su propia espiritualidad y obediencia. En cambio, el Maestro se enfocó en lo positivo, como si dijera, '¿tú tienes interés en la perfección? ¡Grandioso! Entonces, vende lo que tengas y dalo a los pobres. ¡Vamos, has frente al desafío!'.

--Los fariseos habían razonado entre ellos concluyendo que arrancar los granos de trigo mientras pasaban por un sembrado de trigo en un día de reposo, se consideraba como  cosechar. Cuando le preguntaron al Señor sobre este asunto, él no replicó como lo habría hecho la mayoría de nosotros, es decir, atacar la ridícula definición de "trabajar en un día de reposo". Él procura enseñar por medio de un principio general que la extensión de su señorío significaba que él y sus hombres eran libres de hacer como quisieran en esta clase de asunto.

--El Señor explicó que el "muy pequeño en el reino de los cielos" habría roto los mandamientos "muy pequeños", lo cual habría enseñado a los hombres (Mateo 5:19). Aquí está seguramente su deseo de salvar, y su clemente tolerancia de la falla intelectual, de las equivocaciones humanas y del dogmatismo en esa falta de entendimiento ("y así enseñe a los hombres").

--El Señor no era ingenuo, aunque era muy positivo. Él les dijo a los discípulos con toda franqueza que ellos estaban llenos de "incredulidad", y que no pudieron hacer milagros que él esperaba que hicieran, porque no oraron ni ayunaron (Mateo 17:19-21). Y sin embargo, cuando los fariseos lo interrogaron referente a por qué sus discípulos no ayunaban, él dijo que se debía a que ellos se hallaban muy felices de estar  con él, el esposo (Mateo 9:15). Seguramente, aquí él estaba  viendo lo mejor en ellos. Ellos vinieron confundidos, descentrados,  que querían el reino ahí y entonces, y  quedaron frustrados por la pasividad del Señor para establecerlo. Pero él vio que lo reconocían como el esposo, como el Mesías, y se alegraba por esto, y vio su falta de ayuno como parcialmente debido al profundo gozo que sabía que tenían. 

--De manera similar, su parábola del sembrador concluía lamentando que su público judío en general no entendía, y él dijo las parábolas sabiendo que ellos no entenderían, y tendría la confirmación de esto. Y recalcó que una característica del terreno fértil es que su mensaje se entendía. En este contexto, el Señor encomia a los discípulos porque ellos vieron y oyeron, en el sentido de entender (Mateo 13:13, 15, 16, 23). Aunque evidentemente no entendieron. Y sin embargo, el Señor quedó tan emocionado con el hecho que hayan entendido un poquito que él los consideró como el terreno fértil que entendió.

--La fiesta de  bodas en Caná se hallaba en curso, llegando al punto en que los hombres habían bebido tanto vino que ya no podían discernir su   calidad. El Señor no dijo, como yo podría haber dicho: 'Bueno, muchachos, es suficiente'. Él se dio cuenta de lo vergonzoso de toda la situación, que aun cuando había habido suficiente vino para que todos participaran, ya se les había acabado. Por lo tanto, él produjo un poco más. Él consintió con la situación a fin de enseñar una lección a aquellos que observaban lo que realmente estaba ocurriendo (Juan 2:10).

--El Señor evidentemente sabía que Judas estaba sacando dinero de la bolsa. Como Hijo de Dios él era un intelectual fuera de comparación, y sensible y perceptivo más allá de nuestra imaginación. Él se dio cuenta, pero no dijo nada. Él estaba intentando salvar a Judas y vio que poner al descubierto su evidente debilidad, no era el  camino.  Si sólo muchos de nuestros hermanos mostraran un discernimiento semejante.

--Su actitud hacia los discípulos de Juan es muy significativa. Él vio aquellos que  "no nos siguen" (Marcos 9:38) como "está a favor de nosotros", sin perder su galardón, por ser los pequeños que creían en él; y vio sabiduría en ser justificado por todos sus hijos, ya fueran  sus discípulos personales o los de Juan (Marcos 9:39-41 NVI; Lucas 7:35). Los hombres de Juan tenían una actitud equivocada respecto a la hermandad; ellos debían  haber "seguido con" los discípulos de Jesús; y parecería que su entendimiento doctrinal del Espíritu Santo era deficiente, aunque no equivocado (Hechos 19:1-5). En verdad, se les llama "discípulos", un término que es sinónimo para todos los creyentes, según los escritos de Lucas. Y el Señor también se refirió a ellos de una manera inclusiva. No es de extrañar que sus discípulos tuvieran y tengan semejante dificultad para captar la intención incluyente y el aliento de deseo del Señor por admitir en la hermandad y salvar.

--Este enfoque en lo positivo se muestra en la manera que el Señor cita a Job 22:7 en la parábola de las ovejas y los cabritos: "No diste de beber agua al  cansado, y detuviste el pan al hambriento" (Job 22:7). Estas palabras son parte de las erróneas acusaciones de Elifaz en contra de Job; porque Job era un hombre justo e inocente antes estos cargos. No obstante, el Señor extrae elementos de verdad de esas erróneas palabras, más bien que simplemente ignorarlas con desdén. Asimismo, Job 22:25 habla de Dios como nuestro "tesoro... nuestra plata preciosa" (RV). Seguramente, el Señor tenía esto en mente cuando dijo que  debemos depositar nuestro tesoro "en el cielo", es decir, con Dios (por cuanto él a menudo usa la palabra "cielo" para referirse a "Dios". Y Santiago sigue el ejemplo citando aprobadamente a Job 22:29 respecto a la elevación de los humildes (Santiago 4:6).

--La tolerancia del Señor queda demostrada por la manera en  que manejó el tema del dinero del tributo (Mateo 22:21). La  moneda llevaba una imagen que los estrictos judíos consideraban blasfema, en que se mostraba a Tiberio como hijo de Dios, el divino Augusto (2). El Señor no reacciona ante esto  como ellos esperaban; él no hace ningún comentario sobre la blasfemia. La deja pasar, pero insiste en un principio mayor. 'Si esto es lo que exige César, bueno, dénselo; pero lo que tiene la imagen de Dios, es decir, ustedes mismos, denlo a Dios'. Él no dijo: 'No toquen las monedas, llevan una falsa doctrina, pues al pagar el impuesto lo haría parecer como si Uds. consintieran una pretensión blasfema'. No obstante, algunos dirían que  no debemos evitar tocar nada que pareciera ser falso o que conduzca a una falsa implicación [nuestros interminables argumentos sobre las versiones de la Biblia y la letra de los himnos son una prueba de esto; aun cuando el presente escritor es más que conservador en su gusto por estas materias]. Al Señor no le gusta eso. Él vivió la vida  como es y como era, y re-enfocó la atención de los hombres en aquello que es esencial, descartando las minucias. Al  mirar de frente a cada uno de nosotros, se ve nuestro cuerpo, moldeado a la imagen de Dios; y, por lo tanto, el imperativo más poderoso, de darlo a Dios. Pero, en cambio, el pueblo de Dios prefirió ignorar esto y argumentar sobre la posible implicación de dar una moneda a César porque en ella había un mensaje falso. Moral y dialécticamente el Señor había derrotado a sus interrogadores; y sin embargo, ellos aún no verían la idea  mayor y del todo  más vital que él les presentó.

--No estoy sugiriendo por estos ejemplos que, por consiguiente, la doctrina no es importante. Sino lo que estoy diciendo es que debemos buscar lo positivo en los demás, y al igual que el Señor en su actitud frente a los demonios, demostrar paciencia hacia ellos  y reconocer la fe cuando la vemos. Dios utilizó las supersticiones paganas de Labán referente a los animales especificados, y las erróneas creencias de Raquel y Lea respecto a sus  hijos... a fin de formar la casa de Israel. Él no terminaba  sus tratos con los hombres a la primera señal de un entendimiento erróneo o fe débil o motivos diversos. Moisés parece haber compartido la primitiva idea de que un dios se levantaba o caía conforme al comportamiento de sus adoradores, cuando le pide a Dios que no termine con Israel en caso de que las naciones se mofaran de Yahvéh. Él pudo haber respondido que esta era una idea demasiado primitiva y limitada. Pero no, aparentemente él escucha a Moisés y consiente en su petición.

Juan el Bautista mostró en su predicación el mismo espíritu de concesión ante la debilidad humana. Él le dijo a los publicanos: "No extorsionéis más de lo que os está ordenado" (Lucas 3:13 RV). Él aceptaba tácitamente que estos hombres caerían en la extorsión. Pero dentro de límites, él lo dejaba pasar. Asimismo, dijo a los soldados que estuviesen contentos con su salario; que no dejaran el trabajo. Considere también como respondieron los discípulos al sumo sacerdote que los reprendió por predicar; él reclamó que ellos intentaban echar sobre ellos la sangre de Jesús (Hechos 5:24-28). El punto conflictivo obvio y lógico habría sido decir: 'Pero Uds. fueron los  mismos que gritaron "¡qué su sangre sea sobre nosotros!", ¡hace tan sólo unas pocas semanas! Pero Pedro no dijo esto. Ni siquiera aludió a su obvia auto-contradicción. En  cambio, procedió a señalar positivamente que un verdadero perdón era posible porque Jesús ya había resucitado. Y la lección que podemos aprender de esto es que el verdadero testimonio no es necesariamente señalarle a la otra persona sus auto-contradicciones, la lógica debilidad de su posición; no consiste en ganar un debate, sino más bien en conducir a la gente a un significativo arrepentimiento y transformación.

Otro ejemplo del relato bíblico en que se consienten las incorrectas percepciones de los hombres fieles se halla en la forma en que los apóstoles apodaron a José como "Bernabé", "bajo la impresión de que, aparentemente, significaba "hijo de consolación" (Hechos 4:36). Desde el punto de vista etimológico, eso ha resultado difícil de justificar, y ahora se reconoce generalmente que el nombre... significa 'hijo de Nabú" (3). Sin embargo, el relato "consiente" su malentendido. Además de esto, hay una enorme imputación de justicia a los seres humanos que se refleja directamente en la Escritura. Dios buscaba en ellos la esencia de su  corazón, y estaba dispuesto a pasar por alto mucha ignorancia y  malentendido en el proceso. Considere cómo se describe al buen rey Josías haciendo siempre lo que era correcto ante Dios, sin  volverse ni a la derecha ni a la izquierda; aun cuando no fue sino hasta el decimoctavo año de su reinado que él apenas descubrió partes de la ley de Dios, de lo cual había sido ignorante hasta entonces, porque el rollo que las  contenía había estado temporalmente perdido (2 Reyes 2:2, 11).

Notas
(1) Es probable que en algún grado el Padre haya pasado por alto las fallas morales e intelectuales de sus hijos a causa de su ignorancia, aun cuando los pecados por ignorancia también requerían expiación yen algún sentido aún se les considera pecado. Esto podría explicar por qué Eva fue la primera en cometer pecado cronológicamente, pero ella lo hizo porque fue "engañada" por la serpiente; mientras que Adán cometió el mismo pecado conscientemente  y fue, por lo tanto, considerado como el primer pecador, el único hombre por el cual entró el pecado en el mundo.

(2) Documentación en E. Bammel y C.F.D. Moule, editores, Jesús and the Politics of His Day   (Cambridge C.U.P., 1984), pp. 241-248.

(3) Margaret Williams, "Palestinians Personal Names in Acts" in Richard  Bauckham, ed., The Books of Acts, Vol. 4, p. 101 (Carlisle: Patemoster, 1995).

 

 

 

 


 
 
'EL VERDADERO DIABLO'