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EL VERDADERO DIABLO Una Exploración Bíblica |
correo electrónico del autor, Duncan Heaster
Contenido Capítulo 2 - Algunas Enseñanzas Básicas de la Biblia Capítulo 3 - Algunas Implicaciones Prácticas 3-1 Algunas Implicaciones Prácticas Capítulo 4 - Demonios Capítulo 5 - Un Examen de los Pasajes Específicos de la Biblia que Mencionan al Diablo y a Satanás Capítulo 6 - Algunas Conclusiones |
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4-2 Demonios e Ídolos El término demonios se refiere a ídolos
En 1 Corintios Pablo explica por qué los cristianos no deberían tener nada que ver con la adoración de ídolos o creer en tales cosas. En tiempos bíblicos la gente creía que los demonios eran dioses menores a los cuales se les podía adorar para que los problemas dejaran de venir a nuestra vida. Por lo tanto, ellos hicieron modelos de demonios, los cuales eran lo mismo que ídolos, y los adoraban. Esto explica por qué Pablo utiliza las palabras "demonio" e "ídolo" casi intercambiablemente en su epístola: "Lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios... Si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró" (1 Corintios 10:20, 28). Así que los ídolos y los demonios son efectivamente lo mismo. Observe cómo Pablo dice que ellos sacrificaban "a demonios [ídolos] y no a Dios". Los demonios no eran Dios, y como hay un solo Dios, se desprende que los demonios no tienen poder verdadero alguno; no son dioses. El punto queda bien en claro en 1 Corintios 8:4: "Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo [equivalente a un demonio] nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios". Un ídolo, o un demonio, no tiene existencia en absoluto. Hay sólo un Dios verdadero, o poder, en el mundo. Pablo prosigue (1 Corintios 8:5, 6): "Pues aunque haya algunos que se llamen dioses... (como hay muchos dioses y muchos señores), [así como la gente cree en muchas clases de demonios en la actualidad; un demonio causa que Ud. pierda su trabajo, otro causa que su esposa lo deje, etc.], para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas [tanto buenas como malas, según hemos visto en anteriores referencias]". Gálatas 4:8, 9 dice lo mismo cuando se traduce debidamente. Pablo desafía a los Gálatas: "Erais esclavos de los que en realidad no son dioses... ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres espíritus [stoicheia], a los cuales queréis volver a ser esclavos?" (Gálatas 4:8, 9). Aquí él hace un paralelo entre espíritus demoníacos con "aquellos que en realidad no son dioses". Pero note cómo razona Pablo [bajo inspiración divina]: "Aunque haya" semejantes demonios / ídolos...para nosotros sólo hay un Dios a cual tememos y adoramos. Esta es en efecto una continuación de la actitud del salmista. Una y otra vez se dirige a los dioses / ídolos de las naciones paganas como si existieran, pero se les ordena que se inclinen avergonzados ante Yahvéh de Israel (Salmos 29:1, 2, 10; 97:7). Si existen o no, es irrelevante por el hecho de que son ineficaces ante el único Dios verdadero, y por lo tanto es a él a quien debemos temer, confiando en que después de todo sólo él interviene en nuestra vida para nuestro eterno bien. "Porque Jehová es Dios grande, y Rey grande sobre todo los dioses" (Salmos 95:3) muestra el estilo divino, más bien que recalcar demasiado que los dioses / ídolos / demonios no existen; el único Dios verdadero no es tan primitivo. Tampoco lo eran los autores y cantantes del Salmo 95. La grandeza de su realeza es lo que se enfoca; no los desmerecimientos e inexistencia de otros dioses. Hacer eso sería del todo demasiado primitivo para el único Dios verdadero. Y asimismo respecto a los milagros del Señor; el clemente poder de Dios para salvar quedó demostrado, es en esto donde estaba el foco central; y su magnitud misma muestra la relativa inexistencia de los "demonios". Mayor prueba de que la gente de los tiempos del Nuevo Testamento creía que los demonios eran ídolos o "dioses" se halla en Hechos 17:16-18; esto describe cómo Pablo predicó en Atenas, la cual era una "ciudad entregada a la idolatría", por lo cual adoraban a muchos diferentes ídolos. Después de oír a Pablo predicar el evangelio, el pueblo decía: "Parece que es predicador de nuevos dioses [demonios]", porque les predicaba sobre Jesús y la resurrección". Así que el pueblo pensaba que Jesús y la resurrección eran nuevos demonios o ídolos que se les estaba explicando. Pablo continúa enseñando la verdad a esta gente, y en el v. 22 él dice: "Sois muy religiosos" (literalmente: dedicados a la adoración de demonios). Él explica que Dios no está presente en los demonios, o ídolos, de ellos. Recuerde que Dios es la única fuente de poder. Si él no está con los demonios, entonces los demonios no tienen ningún poder porque no hay ninguna otra fuente de poder en el universo, es decir, no existen. Los Demonios del Antiguo Testamento Eran Ídolos Volviendo al Antiguo Testamento, hay más pruebas que los "demonios" son lo mismo que los ídolos. "Sacrificaron a los demonios, y no a Dios" (Deuteronomio 32:17 compare con Salmos 106:37). Deuteronomio 28:14-28, 59-61 predijo que el desorden mental sería uno de los castigos por adorar a otros dioses / demonios. Esto explica la conexión de demonios con la enfermedad mental en el Nuevo Testamento. Pero debe notarse que el lenguaje de los demonios está relacionado con la enfermedad, no con el pecado. No leemos que Cristo expulsara a los demonios de la envidia, del asesinato, etc. También debe notarse que la Biblia habla de gente que tiene un demonio / enfermedad, más bien que decir que los demonios causaron la enfermedad. Es significativo que la versión griega del Antiguo Testamento (la Septuaginta) usara la palabra daimonion para "ídolo"; esta es la palabra traducida como "demonio" en el Nuevo Testamento. Los "ídolos" de Salmos 96:5 se tradujeron como "demonios" en la Septuaginta; y la Septuaginta usa la misma palabra en Isaías 65:11 para describir a Gad, el dios / ídolo sirio de la fortuna. Salmos 106:36-39 describe los errores de Israel y asemeja los ídolos de Canaán a los demonios: "Y sirvieron [los israelitas] a sus ídolos, lo que llegó a ser una trampa para ellos. Ellos incluso sacrificaban a sus propios hijos e hijas a demonios y derramaban sangre inocente, incluso la sangre de sus hijos e hijas, los cuales ellos sacrificaban a los ídolos de Canaán.... De este modo, "se contaminaron así con sus obras, y se prostituyeron con sus hechos". Muy claramente, los demonios son sólo otro nombre para los ídolos. Dios describe la adoración de ídolos por parte de Israel como una adoración de sus "propias obras... sus propios hechos" porque su creencia en demonios era el resultado de la imaginación humana; los ídolos que ellos crearon eran sus propias obras. Así que aquellos que en la actualidad creen en los demonios están creyendo en cosas que han sido imaginadas por hombres, una creación de los hombres, más bien que lo que Dios nos ha enseñado. La palabra que se ha usado para ídolos significa literalmente "nada", recalcando que no tienen existencia en el mundo real, sólo en la mente de la gente que cree en ellos. Deuteronomio 32:15-24 describe la ira de Dios cuando su pueblo cree en demonios: Israel "menospreció la Roca de su salvación. Le despertaron a celos con los dioses ajenos; lo provocaron a ira con abominaciones. Sacrificaron a los demonios, y no a Dios; a dioses que no habían conocido... que no habían temido vuestros padres... y dijo [Dios]: "Esconderé de ellos mi rostro... porque son una generación perversa, hijos infieles. Ellos me movieron a celos con lo que no es Dios; me provocaron a ira con sus ídolos... Yo aumentaré males sobre ellos". Isaías 65:3 es muy claro también: "[Israel] quema incienso sobre ladrillos a demonios que no existen" (Versión Septuaginta). Los ídolos de las naciones, representando como en la práctica lo hacían, a los supuestos "demonios" del cosmos, eran "vanidad" porque los demonios y dioses que ellos supuestamente representaban no existían; son "seres que no son nada" (1 Samuel 12:21 Septuaginta), "una cosa que nada vale" (Jeremías 14:14 Versión Rey Santiago). Así que Dios describe a los demonios como ídolos insensatos, abominaciones, cosas que es locura creer en ellas, las cuales no tienen existencia. Creer en demonios muestra una falta de fe en el único Dios. Para expresar esto de manera más teológica, Paul Martinson comenta sobre 1 Corintios 10:19-21: "Entiendo a los "demonios" como un término funcional y no como un sustantivo [es decir, refiriéndose a seres reales]. Después de todo, Pablo ya negó a los ídolos definitivamente [no son "nada"]" (1). Para expresarlo de nuevo de una manera más simple, trasladando desde el mundo académico al castellano común: Si los demonios son otra forma de referirse a los ídolos, y los ídolos no son nada, entonces ellos realmente no existen, son sólo trozos de madera y piedra; entonces, los demonios no existen. Pero, de todas maneras, hay una cultura apropiada que el Todopoderoso usa en esta materia. Notas (1) Paul Martinson, “People other than Christians pray”, en Paul Sponheim, ed., A Primer on Prayer (Philadelphia: Fortress, 1988).
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