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EL VERDADERO DIABLO Una Exploración Bíblica |
correo electrónico del autor, Duncan Heaster
Contenido Capítulo 2 - Algunas Enseñanzas Básicas de la Biblia Capítulo 3 - Algunas Implicaciones Prácticas 3-1 Algunas Implicaciones Prácticas Capítulo 4 - Demonios Capítulo 5 - Un Examen de los Pasajes Específicos de la Biblia que Mencionan al Diablo y a Satanás Capítulo 6 - Algunas Conclusiones |
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4-3-1 Legión y los Cerdos Gadarenos Marcos 5:1-17 (Mateo 8:28-34; Lucas 8:26-38) "Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos. Y cuando salió él de la barca, enseguida vino su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras. Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo. Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos. Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región. Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo. Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron. Y los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron a ver qué era aquello que había sucedido. Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo. Y les contaron los que lo habían visto, cómo le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos. Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos". Al examinar este pasaje, tengamos presente algunas conclusiones que hemos alcanzado en otro lugar.: --La Biblia usa el lenguaje de la época, hablando de algunas cosas como se mostraban a los ojos de su primera audiencia; véase 4-4 El Lenguaje de la Época y 4-5 Dios Adopta Una Perspectiva Humana. --"Expulsar demonios" es una forma de decir que ha sido curada una enfermedad mental; véase 4-3 Los Demonios y las Enfermedades. --En el primer siglo se entendía que los demonios eran semidioses responsables de las enfermedades; se les equipara con los ídolos, y se nos asegura que los demonios / ídolos no tienen básicamente poder o existencia alguna; véase 4-2 Los Demonios y los Ídolos Estos principios nos permiten entender el pasaje como un relato de la sanidad de un hombre perturbado mentalmente; aunque escrito en el lenguaje de la época, desde la perspectiva y cosmovisión de aquellos que primero vieron el milagro. Es de esperar que los siguientes comentarios puedan ayudar a clarificar esta interpretación: 1. Marcos 5:2 describe a Legión como un hombre con un "espíritu inmundo". Él clamó. Pero cuando encontramos una situación similar en Hechos 8:7 acerca de espíritus inmundos que clamaban, el texto oriental (arameo) dice: "Muchos que estaban afligidos mentalmente, clamaban". Esto se debe a que, según George Lamsa, "'espíritus inmundos' es una expresión que se usa para describir a los lunáticos" (1) Debe notarse que Lamsa era un hablante arameo nativo con un excelente entendimiento de los términos arameos. Él se crió en un remoto lugar de Kurdistán que había mantenido el lenguaje arameo casi sin cambios desde los días de Jesús. Es significativo que los extensos escritos de Lamsa indican que él no vio en las enseñanzas de Jesús y Pablo ningún respaldo para el concepto popular acerca del Diablo y los demonios; él insistió en que los términos semitas y arameos usados por ellos han sido malentendidos por los lectores occidentales y mal empleados a fin de que presten apoyo a sus conceptos acerca de un Diablo personal y los demonios. 2. Después que Legión fue curado de sus "demonios", leemos que ahora se hallaba "vestido y en su juicio cabal" (Marcos 5:15). Por lo tanto, su "posesión demoníaca" se refería a un estado enfermizo de su mente, y la "expulsión" de esos demonios a la sanidad de su estado mental. La gente pensaba que Jesús estaba demente y decían que esto debe ser porque él tenía un demonio: "Demonio tiene, y está fuera de sí" (Juan 10:20; 7:19-20; 8:52). Por lo tanto, ellos creían que los demonios causaban demencia. .3. Una comparación de los relatos indica que la voz del hombre individual se equipara con la de los "demonios"; el hombre se llamaba Legión porque creía y hablaba como si estuviera habitado por cientos de "demonios": "No me atormentes" (Marcos 5:7) = "¿Has venido para atormentarnos?" (Mateo 8:29). "Y [él - singular] le rogaba" (Marcos 5:9) = "Y le rogaron todos los demonios" (Marcos 5:12). Las propias palabras del hombre explican su auto-percepción: "Legión me [singular] llamo; porque somos muchos" (Marcos 5:9). Esta es una clásica conducta y palabras esquizofrénicas. De este modo, Lucas 8:30 explica que Legión h habló como lo hizo porque (él pensaba que) muchos demonios habían entrado en él. 4. Note que el hombre enfermo se equipara con los demonios. "Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región" (Marcos 5:10) hace paralelo con "él", el hombre, con "ellos", los demonios. Y el relato paralelo habla como si fueran los demonios los que rogaban: "Y [ellos] le rogaban que no los mandase ir al abismo" (Lucas 8:31). Esto es significativo en que el relato no sugiere que los demonios estaban manipulando al hombre para que hablara y estuviera fuera de sí; más bien ellos hacen paralelo con el hombre mismo. Esto indica, en el ámbito de la lingüística, por lo menos, que el lenguaje de los "demonios" se está usando como un sinónimo del enfermo mental. Hay otro ejemplo de esto en Marcos 3:11: "Y los espíritus inmundos, al verle, se postraban delante de él, y daban voces, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. ¿Quiénes cayeron de rodillas y daban voces? Las personas perturbadas mentalmente. Pero se les llama "espíritus inmundos". Asimismo, Santiago 2:19 "Los demonios creen, y tiemblan". Esto es seguramente una alusión al temblor de aquellas personas a los cuales curó Jesús, y la "creencia" es apropiada para las personas y no para (supuestos) agentes de Satanás condenados eternamente. Claramente, Santiago está poniendo "demonios" por "gente perturbada mentalmente que creían y eran sanados". Y de este modo podemos entender mejor por qué en Marcos 5:8 Jesús se dirige a él mismo, no a estos supuestos espíritus; sino al hombre mismo: "Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo". Él no le dice al espíritu inmundo "Sal de este hombre". Jesús se dirige "al hombre". Los demonios / espíritus inmundos en realidad nunca dicen nada en los relatos; es siempre el hombre mismo el que habla. Josefo consigna que cuando los rabinos del primer siglo expulsaban demonios [según suponían ellos] ellos primeramente tenían que preguntar el nombre del demonio. El Señor Jesús no hace esto; él pregunta al hombre su nombre personal. La diferencia es instructiva: el Señor no habla a los demonios, sino que le habla al hombre enfermo mentalmente, y le sigue la corriente a la creencia del hombre de que tiene demonios dentro de él. Los "demonios" le suplican a Jesús que no los atormente, y reafirman esto invocando a Dios. "Ellos" creían en Dios y lo honraban al punto de creer que él era el definitivo autenticador de juramentos. "Ellos" difícilmente encajan en la idea clásica de que los demonios son anti-Dios y que están en conflicto con él. Muy claramente, cuando leemos acerca de demonios y espíritus en este pasaje no estamos leyendo acerca de la existencia literal de "demonios" según el entendimiento clásico que hay sobre ellos, sino simplemente acerca del enfermo mental mismo. 5. ¿Por qué los cerdos se precipitaron por el acantilado, y por qué el Señor Jesús aceptó la petición del hombre que hiciera esto? Debido a que la enfermedad mental presenta episodios intermitentes, es entendible que el Señor procurara consolar a aquellos que él sanaba que el cambio que él había efectuado era permanente. Por eso el Señor le dice al "espíritu" que se cree que está atormentando al niño afectado mentalmente: "Yo te mando, sal de él, y no entres más en él" (Marcos 9:25). Es de la misma manera que él hizo que los cerdos cayeran al lago como una señal de que la cura era permanente. Yo sugiero que era una especie de aide memoire visual, de la clase que a menudo se usa en la Biblia para recalcar una idea a personas iletradas. Yo sugiero que es por eso que en el ritual del Día de Expiación, el chivo expiatorio salía corriendo hacia el desierto llevando los pecados de Israel. Mientras el tambaleante animal era observado por miles de ojos, miles de mentes habrían reflexionado respecto a que sus pecados estaban siendo eliminados. Y el mismo principio funcionó en la sanidad del esquizofrénico Legión; el Señor Jesús hizo que los cerdos corrieran hacia el lago, no porque estuviesen realmente poseídos por demonios, sino como una aide memoire para el sanado Legión de que su enfermedad, todas sus percibidas personalidades, ya no existían más. La enfermedad es típicamente intermitente. Legión ya conocía a Jesús, porque lo reconoció de lejos, y sabía que él era el Hijo de Dios (Marcos 5:6); en verdad, uno supone que el hombre tenía alguna fe en el milagro que se realizaría (Mateo 13:58). Él viene al encuentro con Jesús "desde la ciudad" (Lucas 8:27) y sin embargo Mateo 8:28 dice que él vivía en las tumbas en las afueras de la ciudad. Él le suplica al Señor que no lo atormente (Marcos 5:7), lleno de recuerdos de cómo la gente local lo había atado y golpeado para exorcizar a los demonios. Probablemente, el mayor temor de Legión era recaer en la demencia; que la cura que él creía que Jesús podía ofrecerle no fuera permanente. De modo que el Señor convino con la petición del hombre de que los demonios que él percibía como si estuvieran dentro de él fueran expulsados de manera definitiva; y la vista del hato de cerdos lanzándose por el precipicio a una muerte segura, con el horrible ruido que esto debe haber provocado, tiene que haber quedado como un recuerdo permanente en el hombre. Note cómo el hombre "endemoniado" que aparece en el relato de Marcos se hallaba en la sinagoga y de pronto empieza a gritar (Marcos 1:23), mostrando que estaba también afligido por ataques intermitentes. Steve Keating me señaló que la demencia puede haber sido una infección en el cerebro motivada por el parásito de la triquina, la que por lo general infecta los músculos de los cerdos y se trasmite a los humanos al comer carne de cerdo que no se ha cocido bien. Debido a su pobreza, el hombre infectado probablemente se debe haber visto forzado a comer esta clase de alimento, y quizás relacionó su "problema" con eso, ya que bajo la ley levítica la carne de cerdo estaba prohibida. El deseo de ver que la enfermedad regresara a los hatos de cerdos posiblemente se derivó de una necesidad de saber que su infección había sido curada de una manera definitiva. Y el Señor aceptó esto. La idea de la transferencia de enfermedades de uno a otro era una percepción semítica común, y es una idea que ha usado Dios. Y de este modo Dios consintió en la idea de la gente acerca de la transferencia de enfermedades, y el resultado se explica en el sentido de que los demonios [que era como ellos entendían las enfermedades] pasaban de una persona a otra. Asimismo, la lepra de Naamán se le pegó a Giezi (2 Reyes 5:27). Dios amenazó que haría que las enfermedades de los habitantes de Canaán y Egipto se pegarían a Israel si eran desobedientes (Deuteronomio 28:21, 60). Aquí también, en el caso de Legión, hay un acomodo divino a las ideas de transferencia de enfermedades que la gente sufría en aquel tiempo. 6. El Señor centró la atención del hombre en las creencias que éste tenía de sí mismo, al preguntarle "¿Cómo te llamas?", a lo cuál él replicó: "Legión me llamo; porque somos muchos". De este modo, el hombre pudo darse cuenta, en una reflexión posterior, que la estampida de cerdos fue un milagro realizado por el Señor, y un castigo contra la crianza ilegal de animales inmundos, más bien que una acción ejecutada por los demonios que él pensaba que habitaban en él. La idea de una transferencia de enfermedades de uno a otro era una percepción semítica común, y es una idea que Dios usó. Y de este modo, Dios consintió en la idea de la gente acerca de la transferencia de enfermedades, y el resultado se explica en el sentido de que los demonios [qué era como ellos entendían las enfermedades] pasaban de una persona a otra. Asimismo, la lepra de Naamán se pegó a Giezi (2 Reyes 5:27). Dios amenazó que haría que las enfermedades de los habitantes de Canaán y Egipto se pegarían a Israel si eran desobedientes (Deuteronomio 28:21, 60). Aquí también, en el caso de Legión, hay un acomodo divino a las ideas de transferencia de enfermedades que la gente sufría en aquel tiempo. 7. Legión creía que él estaba poseído por demonios. Pero el Señor no lo corrigió referente a esto antes de sanarlo. Cualquiera que tenga que ver con personas mentalmente perturbadas, pronto aprende que no se puede corregir todas sus delirios de una sola vez. Uno tiene que elegir sus batallas, y en cierto modo caminar y reírse con ellas. Lucas 8:29 dice que Legión "era impelido por el demonio a los desiertos", de la misma manera en que el Señor había sido impelido por el Espíritu hacia el desierto (Marcos 1:12) y sin embargo él venció al "Diablo" cualquiera que haya sido su forma en esta ocasión. El hombre seguramente tenía el propósito de reflexionar sobre estas cosas más sutiles, y ver que lo que sea que él haya creído antes era inmaterial e irrelevante en comparación con el poder del Espíritu del Señor. Y sin embargo el Señor "consintió" en su petición de que los demonios que él creía que estaban dentro de él fuesen arrojados "al abismo", por lo profundamente arraigado de su erróneo entendimiento de que los demonios y los pecadores eran arrojados al abismo. Esto concordaba con la clase de estilos de sanidad que era común para la gente en aquel tiempo; por ej.: Josefo consigna como Eleazar arrojó demonios del interior de la gente y colocó por ahí cerca una taza de agua, la que entonces [supuestamente] los demonios volcaban al salir de la persona enferma (Antigüedades de los Judíos 8.46-48). Me parece que el Señor "consintió" en esa clase de necesidad de tener una confirmación, así que hizo precipitar a la estampida de cerdos por el acantilado para mostrar una señal física al hombre sanado de que su enfermedad realmente lo había dejado. 8. Un ejemplo bastante detallado se puede hacer en el sentido que el hombre Legión había de entenderse como representativo de Judá en la cautividad, que sufrió por sus pecados, que a pesar de que inicialmente se opuso a Cristo (Legión corrió hacia Jesús tal como antes había "corrido" hacia la gente en medio de ataques agresivos), aún podían arrepentirse tal como lo hizo Legión, ser sanados de sus pecados y ser sus testigos ante el mundo. Esto encaja en el tema total que tenía el Señor; que la restitución de las fortunas de Israel no sería por medio de oposición violenta a las legiones de Roma, sino por arrepentimiento y testimonio espiritual ante el mundo. El punto es que Israel estaba engrillado y golpeado por los gentiles a causa de sus pecados, por los cuales eran culpables, por los cuales tenían responsabilidad y de los cuales podían arrepentirse, y no porque hubieran sido aprisionados por poderosos demonios en contra de su voluntad. Aquí entonces están las razones para entender a Legión como representativo de Judá bajo la opresión de los gentiles; yo estoy agradecido de John Allfree y de Andrew Perry por traer a mi atención algunas de estas razones. --Israel era "un pueblo... que se sienta en los sepulcros, y pasa la noche en vigilias secretas" (Isaías 65:3-4 NVI). --Legión se hallaba siempre "en los montes" -- en los "collados" donde Israel pecó (Isaías 65:7; Oseas 4:13). --El nombre del hombre, Legión, sugiere que él estaba bajo la posesión de Roma. El milagro ocurrió en territorio gentil, sugiriendo a Judá en el mundo dominado por los gentiles. --"¿Cómo te llamas?", es la misma pregunta que se le hizo a Jacob. --El comentario de Legión, de que "somos muchos", es idéntico a las palabras de Ezequiel 33:24 acerca de Israel: "Hijo de hombre, los que habitan aquellos lugares asolados en la tierra de Israel hablan diciendo: Abraham era uno, y poseyó la tierra; pues nosotros somos muchos; a nosotros nos he dado la tierra en posesión. Por tanto, diles: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿Comeréis con sangre, y a vuestros ídolos alzaréis vuestros ojos, y derramaréis sangre, y poseeréis vosotros la tierra?". --Legión había sido a menudo atado con grillos y cadenas (Marcos 5:3, 4) -- tal como el pueblo de Dios a menudo había sido llevado en cautividad "con grillos y cadenas" (2 Crónicas 33:11; 36:6; 2 Reyes 24:7).. -- Cuando el hombre enfermo pide que los espíritus inmundos no fuesen enviados "fuera de aquella región" (Marcos 5:10), entiendo esto como su resistencia a la curación. Pero luego se arrepiente y pide que sean enviados al hato de cerdos. Esto recuerda una profecía en Zacarías 13:2 acerca de la restauración de Judá: "En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, quitaré de la tierra los nombre de las imágenes, y nunca más serán recordados; y también haré cortar de la tierra a los profetas y al espíritu de inmundicia". --La "destrucción" del hato de cerdos en las aguas recuerda la "destrucción" de los egipcios en el mar Rojo, cuando Israel fue liberado del poder de los gentiles. Los paganos gadarenos "tuvieron miedo", tal como lo tuvo el mundo gentil al momento del Éxodo (Éxodo 15:14). La sanidad de Legión se describe como "grandes cosas" (Marcos 5:19); y él éxodo de Israel del poder gentil y la destrucción de los egipcios también se describe como "grandezas" ["grandes cosas" NVI] (Salmos 106:21). Nota (1) George Lamsa, New Testament Commentary (Philadelphia: A.J. Holman, 1945) pp. 57,58.
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