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EL VERDADERO DIABLO Una Exploración Bíblica |
correo electrónico del autor, Duncan Heaster
Contenido Capítulo 2 - Algunas Enseñanzas Básicas de la Biblia Capítulo 3 - Algunas Implicaciones Prácticas 3-1 Algunas Implicaciones Prácticas Capítulo 4 - Demonios Capítulo 5 - Un Examen de los Pasajes Específicos de la Biblia que Mencionan al Diablo y a Satanás Capítulo 6 - Algunas Conclusiones |
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5-9 Espíritus Inmundos Mateo 12:43-45: "Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación". Interpretación Popular
Se dice que los espíritus inmundos son siervos del Satanás, y responsables de entrar en las personas y hacerlas pecar. Comentarios 1. Ni Satanás ni el Diablo se mencionan en control del espíritu inmundo. 2. El pecado proviene de dentro y nada de afuera del hombre puede entrar en él y contaminarlo (Marcos 7:15). 3. Versículo 45 concluye: "Así también acontecerá a esta mala generación", mostrando que este pasaje se ha de entender como una parábola. "Espíritu inmundo" es una frase a menudo sinónimo con "demonios" en los evangelios. En el capítulo 4 mostramos que Jesús estaba usando el lenguaje de la época cuando hablaba de demonios, y lo mismo hizo allí. Jesús estaba en efecto diciendo: 'De la misma manera que Ud. cree que los espíritus inmundos pueden salir de un hombre y volver a entrar en él, así también esta generación fue limpia en un tiempo, pero pronto va a llegar a ser peor de lo que era inicialmente'. 4. Este pasaje está en el contexto de Mateo 12:22-26, donde Jesús usa las ideas comunes de los fariseos para refutar su argumento: "Toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá. Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido... y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan vuestros hijos?". De modo que Jesús no estaba diciendo que él creía en Satanás o en Beelzebú; --de hecho, a Beelzebú se le describe claramente como un ídolo pagano en 2 Reyes 1:2-- pero él estaba usando el lenguaje de la época para confundir a los judíos. Así que no es sorprendente que en unos pocos versículos más adelante él habla de nuevo en lenguaje parabólico sobre los espíritus inmundos. Así como no creía en Beelzebú, él tampoco creía en los espíritus inmundos. 5. Que este pasaje es parabólico se indica en Mateo 13:10, donde "acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?". Jesús expresó las parábolas sobre Beelzebú y los espíritus inmundos del mismo modo en que dijo la del sembrador (Mateo 12:46; 13:1). Por lo tanto, la gran cantidad de lenguaje parabólico que usó ese día motivó la pregunta de ellos. 6. Una cuidadosa lectura indica que "el espíritu inmundo" es sinónimo del hombre, así como un demonio sordo se refiere a un hombre sordo en el v. 22 del mismo capítulo. "Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos". Caminar por un desierto y decidir regresar a casa es un lenguaje claramente aplicable a un hombre. Esto está confirmado por el hecho que Jesús está casi ciertamente aludiendo a un versículo de la versión Septuaginta (que era la Biblia de uso común en los días de Cristo) que se halla en Proverbios 9:12, aunque por alguna razón se omite en la Versión Reina-Valera. Este versículo habla claramente de un hombre, no de un espíritu: [el escarnecedor de la instrucción] anda por terreno sin agua, por una tierra de desierto, y con sus manos acumula la improductividad". 7. El término "espíritu" a menudo se refiere a la actitud de la mente (por ej., Deuteronomio 2:30; Proverbios 25:28; Isaías 54:6; 61:3; Éxodo 18:31; Marcos 14:38; Lucas 2:40; 2 Corintios 2:13; 12:18; Efesios 4:23). Un "espíritu inmundo" puede posiblemente referirse a un estado de mente sucio, lo que encajaría en el contexto en los vs. 34-36. Porque "cual es su pensamiento en su corazón, así es él" (Proverbios 23:7), el espíritu sería sinónimo con el hombre. De este modo, la parábola describiría la actitud mental de un hombre que fue limpiada y luego él llega a un estado aun más degenerado, como sucedió cuando el "espíritu inmundo" de Saúl sanaba porque David tocaba el arpa, y luego regresó aun peor. Note que leemos de "un espíritu malo de parte de Yahvéh que afectaba a Saúl (1 Samuel 16:14); esta actitud mental fue enviada por Dios, no por un ser maligno sobrehumano. Explicaciones Sugeridas
1. Juan el Bautista limpió la nación judía hasta cierto punto; él intentó cambiar el corazón (espíritu) de los judíos (Malaquías 4:1, 6 compare Mateo 11:10, 14). El hombre que andaba por el desierto ("lugares secos") es como los judíos que iban a oír a Juan predicar en el desierto. El discurso completo fue ocasionado por Jesús cuando curó a "un endemoniado, ciego y mudo" (Mateo 12:22). El hombre sanado estaba probablemente ahí mismo, y habría sido una poderosa forma de razonar: "Uds. saben cómo era este hombre. Es tan maravilloso que ahora esté sano. Qué trágico sería si él llegase a ser siete veces peor de lo que era antes. Pero así de trágico será para ustedes, ya que ustedes no quieren continuar en la sanidad espiritual que les trajo Juan". 2. Hemos visto que Jesús estaba aludiendo a un pasaje en Proverbios 9:12, relacionando al hombre que rechaza la sabiduría con los judíos, los cuales ahora estaban rechazando a "Cristo... la sabiduría de Dios" (1 Corintios 1:24), Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría" (1 Corintios 1:30). Otros detalles en Proverbios 9 concuerdan con este enfoque. -- La sabiduría… ha matado sus animales… ha puesto también su mesa. Ha enviado a sus doncellas; clama sobre lo más alto de la ciudad: el que sea ingenuo, venga acá" (Proverbios 9:1-4). Esta es la base de la parábola de la cena de bodas, donde los judíos rehusaban aceptar el llamado a aprender la sabiduría de Cristo (Lucas 14). La sabiduría clamando desde lo alto de la ciudad recuerda a Jesús cuando clamó en el templo en el monte de Sión en Jerusalén (Juan 7:37). -- La frase, "da instrucción al sabio, y será más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber" (Proverbios 9:9 Versión Rey Santiago), se referiría a aquellos que aprendieron de Juan y siguieron aprendiendo más de Cristo. -- La frase, "venid, comed de mi pan y bebed del vino que he mezclado" (Proverbios 9:5), recuerda la invitación de Cristo a comer su carne y beber su sangre, en símbolo, en el servicio de la comunión (Mateo 26:26-28). -- La frase, "la sabiduría ha edificado su casa" (Proverbios 9:1), quizás se referiría al barrido que hizo Cristo en su casa en Mateo 12:44). De este modo, las dos mujeres de Proverbios, la ramera y la sabiduría, representarían la enseñanza del sistema judío y de Cristo respectivamente. El Israel apóstata se asemeja a una ramera en Ezequiel (16:28, 29, 31) y en Oseas (capítulos 1, 2); véase también Jeremías 3:1, 6, 8. 3. Ahora estamos en posición de seguir la pista de una parte de la simbología de este pasaje un poco más detalladamente. El hombre, que representaba a los judíos, y que no prestaba atención a la enseñanza de Jesús, andaba por "lugares secos". Esto puede recordar al Israel apóstata del desierto, quienes también "tentaron a Cristo", 1 Corintios 10:9), rehusando obedecer la enseñanza de Moisés, quien representaba a Cristo (Deuteronomio 18:18). Dios condujo a Israel "por el desierto, por una tierra desierta y llena de fosos, por tierra seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón ni allí habitó hombre alguno" (Jeremías 2:6). Esto recuerda exactamente el lenguaje de Proverbios 9:12 en la Septuaginta: "por un terreno sin agua, por una tierra de desierto... e improductividad". Note que Israel en el desierto buscaba el "reposo" del reino, pero nunca lo encontró (Hebreos 3:11). De manera similar, el hombre de Mateo 12:43 anduvo por el seco desierto "buscando reposo, pero no lo halla". 4. El hombre decidió regresar a su casa. Esto debe tener referencia con el v. 29, mencionado recientemente, que dice que primero hay que atar al hombre fuerte de una casa antes de que se pueda saquear los bienes de su casa. Lucas 11:22 añade que esto sólo lo puede hacer un hombre más fuerte que él. El hombre fuerte es Satanás, el pecado, que sólo Jesús era lo suficientemente fuerte para vencerlo. Debido a que Jesús ató a Satanás --el pecado-- él pudo hacer milagros y así compartir el botín de la casa con nosotros. Hay un indicio en los evangelios de que la gente a la que sanaba Jesús, también le perdonaba sus pecados; y a veces sus enfermedades eran un resultado directo de sus pecados (Lucas 5:20; Juan 5:14). A la mujer enferma se le describe atada por Satanás (Lucas 13:16) hasta que Jesús la sanó. Jesús pudo razonar que era tan eficaz decir "tus pecados te son perdonados", como decir "levántate y anda" (Lucas 5:23). El Diablo --el pecado-- nos mantenía como esclavos encadenados en su casa hasta que Jesús lo destruyó (Hebreos 2:14-18). Jesús empezó a atar al hombre fuerte del pecado durante su vida, y por lo tanto pudo compartir el botín con nosotros hasta cierto punto, aunque lo hizo más plenamente por medio de su muerte. De este modo, la casa a la que regresó el hombre estaba vacía; todos los bienes del hombre fuerte se habían sacado (v. 29). Jesús puede haber simbolizado esto al limpiar el templo (Marcos 11:15-17). Él describió el templo a los judíos como "vuestra casa" (Mateo 23:38). El hombre, que representaba al Israel apóstata, llamaría al templo "mi casa". La limpieza del templo que hizo Cristo al tiempo de la Pascua habría reflejado la costumbre judía, basada en Éxodo 12:19, de que el primogénito barría la levadura de la casa. Jesús limpió el templo, "la casa de su Padre" (Juan 2:16). En perspectiva, la casa espiritual de Israel fue barrida y vaciada de las cosas malas que había introducido el pecado. La casa fue "adornada". Literalmente, fue "cosmólogo--izada" [Gr. kosmeo]. La palabra kosmos describe un orden de cosas. Jesús estableció un nuevo kosmos en la casa de Israel al prescindir de la ley que trajo reconocimiento del pecado, al hombre fuerte, Satanás (Romanos 7:7-11; 4:15). Para más detalles, véase 2-4 "El Satanás Judaico". Por lo tanto, los otros siete espíritus que entraron en el hombre representan el intenso rechazo del evangelio por parte de los judíos después de haberlo oído. Pedro parece aludir a que "el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero" (Mateo 12:45); hablando básicamente de los cristianos judíos que ahora se habían apartado de Cristo, Pedro razona que "si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo [compare "barrida y adornada"], por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, y otra vez se enredan en ellas y son vencidos, su estado final viene a ser peor que el primero" (2 Pedro 2:20). De este modo, puede ser que Pedro esté interpretando a los siete espíritus que entraron en el hombre, es decir, entraron en la casa, como una profecía acerca de los muchos cristianos judíos que se apartaron de la fe debido a la obra de los judaizantes, los cuales los alentaban a regresar a la ley. Los versículos 21 y 22 se refieren al mismo tema: "Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia que, después de haberlo conocido, se aparten del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido acertadamente lo de aquel proverbio tan cierto: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada, a revolcarse en el cieno" (Versión Rey Santiago).
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