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EL VERDADERO DIABLO Una Exploración Bíblica |
correo electrónico del autor, Duncan Heaster
Contenido Capítulo 2 - Algunas Enseñanzas Básicas de la Biblia Capítulo 3 - Algunas Implicaciones Prácticas 3-1 Algunas Implicaciones Prácticas Capítulo 4 - Demonios Capítulo 5 - Un Examen de los Pasajes Específicos de la Biblia que Mencionan al Diablo y a Satanás Capítulo 6 - Algunas Conclusiones |
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5-8 La Tentación de Jesús Mateo 4:1-11: "Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y se le acercó el tentador y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que estas palabras se conviertan en pan. Mas él, respondiendo, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate abajo, porque escrito está: A sus ángeles mandará por ti, y te llevarán en sus manos, para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adoras. Entonces Jesús le dijo: Vete Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a él sólo servirás. El diablo entonces le dejó, y he aquí, los ángeles vinieron y le servían". Interpretación Popular
Este pasaje se lee con el significado de que un ser llamado el "Diablo" tentó a Jesús para que pecara, sugiriéndole ciertas cosas y llevándolo a situaciones tentadoras. Comentarios
1. Jesús "fue tentado en todo según nuestra semejanza" (Hebreos 4:15), y: "cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido" (Santiago 1:14). Nosotros somos tentados por el "Diablo" de nuestras propias pasiones o deseos malignos, y así lo fue Jesús. No somos tentados por un ser maligno que de improviso se pone junto a nosotros y nos impulsa a pecar; el pecado y la tentación provienen "de dentro del corazón de los hombres" (Marcos 7:21). "Proceden" de dentro del corazón, como para recalcar que su fuente es realmente el corazón. Jesús fue tentado tal como lo somos nosotros (Hebreos 4:15, 16), y en este sentido él llega a ser para nosotros un legítimo ejemplo. Pablo toma prestado el lenguaje usado para "el tentador" que fue a Jesús y lo aplica al "tentador" que va a los cristianos (1 Tesalonicenses 3:5). Y podemos notar que sólo Mateo consigna que Jesús ayunó durante el período de la tentación; y es Mateo el único que consigna para nosotros la instrucción respecto a ayunar (Mateo 16:16-8 compare 9:14, 15). Ya que no somos abordados físicamente por un Satanás personal literal en nuestras situaciones de pruebas, seguramente se desprende que tampoco lo fue Jesús, nuestro ejemplo. 2. Es difícil tomar las tentaciones literalmente --Mateo 4:8 implica que Jesús fue llevado a una alta montaña para que viera todos los reinos del mundo en su gloria futura "en un momento". No hay montaña lo suficientemente alta para ver a todo el mundo. Y ¿por qué la altura de la montaña le permitiría a Jesús ver cómo sería el mundo en el futuro? La tierra es una esfera; no hay un punto en su superficie del cual uno puede ver todas las partes del mundo de una sola vez. --Una comparación de Mateo 4 y Lucas 4 muestra que las tentaciones se describen en orden diferente. Marcos 1:13 dice que Jesús "estuvo allí en el desierto cuarenta días y era tentado por Satanás", mientras que Mateo 4:2, 3 dice que "después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches... se le acercó el tentador [Satanás]". Podemos concluir que estas mismas tentaciones seguían repitiéndose. La tentación de convertir las piedras en pan es un obvio ejemplo. Siendo de nuestra naturaleza, la falta de alimento le habría afectado mentalmente así como físicamente, y de este modo su mente habría empezado fácilmente a imaginar cosas. Tan sólo pasar unos pocos días sin alimento puede conducir a algunos al delirio (compare 1 Samuel 30:12). En Mateo 7:9 Jesús menciona la similitud entre rollos de pan y piedras, y sin duda esas imágenes a menudo se mezclaban en su torturada mente, aunque siempre las controlaba rápidamente debido a su recuerdo de la palabra. --Probablemente Jesús dio a los escritores del evangelio el relato de sus tentaciones, y para trasmitirles en palabras la intensidad de aquello por lo que pasó, pudo haber usado el enfoque figurado que se ve en Mateo 4 y Lucas 4. --Parece improbable que varias veces el Diablo haya llevado a Jesús por el desierto y por las calles de Jerusalén y luego trepar a un pináculo del templo juntos, todo a la vista de los desconfiados judíos. Josefo no consigna nada semejante a esto que haya sucedido; presumiblemente habría causado mucho alboroto. De manera similar, si estas tentaciones ocurrieron varias veces dentro de los cuarenta días así como al término de ese período (lo cual ocurrió al menos dos veces, ya que Mateo y Lucas las tienen en diferente orden), ¿cómo habría Jesús tenido tiempo para caminar hasta la montaña más alta (que podría haber sido Hermón en el extremo norte de Israel), trepar hasta la cima y bajar de vuelta, regresar al desierto de Judea y entonces repetir el ejercicio? Todas sus tentaciones ocurrieron en el desierto; y allí estuvo durante cuarenta días, siendo tentado todo el tiempo por el Diablo (él sólo se fue al final -- Mateo 4:11). Si Jesús fue tentado por el Diablo cada día, y las tentaciones ocurrieron sólo en el desierto, entonces se desprende que Jesús no pudo haber dejado el desierto para ir a Jerusalén o viajar una alta montaña. Por lo tanto, estas cosas no pudieron haber ocurrido literalmente. --Si el Diablo es una persona física que no tiene respeto por la palabra de Dios, y está interesado en hacer pecar a la gente, entonces, ¿por qué Jesús citaría la Escritura para vencerlo? Según el punto de vista popular, esto no haría que el Diablo se fuera. Note que Jesús citó un pasaje bíblico cada vez. Si el Diablo era los deseos dentro del corazón de Jesús, entonces es entendible que por tener la palabra en su corazón y recordándola, él pudo vencer esos deseos. Salmos 119:11 es tan relevante que quizás está específicamente profetizando la experiencia de Cristo en el desierto: "En mi corazón he guardado tus palabras para no pecar contra ti". --Que las tentaciones fueron internas dentro de la mente de Jesús se sugiere en la forma que en el relato de Mateo hay un progreso, desde el desierto hasta el pináculo del templo, y hasta una alta montaña; como una suerte de ascenso hacia el cielo. Incluso es posible que Pablo tenga esto en mente cuando comenta que Jesús no consideró que elevarse a una igualdad con Dios era algo a lo cual aferrarse; él desechó esa tentación y en cambio progresivamente se rebajó, aun hasta la muerte en la cruz (Filipenses 2:6-8). Por supuesto, podemos entender que la figura de "Satanás" sea una persona literal quien, por decirlo así, administrara las sugerencias / tentaciones / pruebas al Señor Jesús. Esto estaría en armonía con la manera que en tiempos del Antiguo Testamento Dios hubo levantado diversos adversarios para, por medio de ellos, poner a prueba a sus hijos. Pero esas personas se hallaban enteramente bajo el control de Dios y, por decirlo así, estaban de su lado. John Thomas, que compartía completamente nuestro punto de vista sobre Satanás, lo expresó así: "Si la Deidad llegó a ser Satanás para Israel y para Job, no se ha de negar que un ángel pueda haber asumido la misma actitud en el caso de Jesucristo" (1). 3. El Diablo lo dejó "por un tiempo" para regresar después. Las tentaciones del Diablo regresaron cuando el pueblo judío, los fariseos y Herodes demandaron de Jesús que produjera un milagro (Lucas 23:6-9; Marcos 6:1-6; 8:11-13; 15:31; Mateo 12:38-42). Esta fue precisamente la tentación que él había enfrentado y vencido en Mateo 4:5-7. No obstante, no hay registro de una criatura que se haya acercado literalmente al Señor después en su ministerio. Y sin embargo, la esencia de las tres tentaciones efectivamente regresó a él después, y las tres encontraron su quintaesencia en las experiencias de la cruz. De este modo, la frase "échate abajo" fue igualada por los judíos (de nuevo asociando las acciones judías con el Diablo) al tentar a Jesús para que bajara de la cruz. Hay una fuerte relación entre el "Satanás" y el sistema judío. La estructura completa del relato habría sonado a los oídos del primer siglo como un debate entre los rabinos judíos y su discípulo: "Las historias de Mateo y Lucas están en la forma de una conversación de tres partes no diferente a los debates de los escribas que utilizan textos de prueba de la Escritura" (2). Las triples tentaciones se han de comparar con la triple tentación del Señor en Getsemaní, y sus tres pruebas por su vida (ante el Sanedrín, Herodes y Pilato). En este sentido el Satanás "regresó" a él. Esto está especialmente claro en el evangelio de Marcos. Se consigna que los judíos --el Satanás judaico, por decirlo así, el adversario de la causa del Señor-- lo pusieron a prueba, tal como fue tentado en el desierto (Marcos 8:11-13; 10:2; 12:13-17). Notamos que los evangelios proceden a llamar "Satanás" a Pedro y "un Diablo" a Judas; quizás porque los dos ofrecieron al Señor Jesús las mismas tentaciones a una inmediata gloria sin la cruz, como lo hizo "Satanás" en el desierto. Por lo tanto, ellos habrían sido ocasiones en que "Satanás" regresó al Señor tal como se predice al cierre del relato de las tentaciones en el desierto. Un buen ejemplo se puede dar en la traición de Judas al Señor, la que se hallaba arraigada en su corazón para un inmediato Reino Mesiánico, y su amarga decepción e ira cuando finalmente entendió que el reino del Señor no iba a establecerse de ese modo. Se ha sugerido que Iscariote se relaciona con la palabra del latín sicarius, un asesino, lo que sugeriría que Judas [al igual que Pedro) era un celote dispuesto a usar la fuerza y la violencia para establecer el reino de Jesús (3). _______________________________________________________________ Juan Las tentaciones en el desierto______________________________________________________________________________________________ La multitud judía quería Satanás le ofrece la monarquía
Los judíos piden pan milagroso (Juan 6:31) Satanás lo insta a hacer pan milagroso Los discípulos [judíos] quieren que Jesús Satanás lleva a Jesús a Jerusalén y lo ____________________________________________________________________________________
El evangelio de Juan omite muchos de los incidentes y enseñanzas de los sinópticos, pero repite su esencia de una manera diferente (4). Parece que el equivalente en Juan de las narrativas sobre la tentación es su relato en Juan 8:1-14 referente a los judíos que tentaban a Jesús a fin de que hiciera una señal milagrosa para probar que él era el Mesías, y proveyera maná en el desierto. En este caso, está asignando a los judíos y a su forma de pensar el papel del "Satanás" en las tentaciones en el desierto. Los siguientes paralelos entre las tentaciones en el desierto y la experiencia del Señor, que se consignan en Juan 6, indican cómo el "Diablo" de la tentación regresó al Señor Jesús; y note al pasar cómo el equivalente de "Satanás" son los judíos: Los sinópticos hablan de cómo Satanás se acerca, tienta, y desafía al Señor Jesús para que reclame el poder político terrenal, el cual se lo puede dar "Satanás" (Mateo 4:8, 9). Pero Juan describe esto en relación con "la gente" que vino a él para tratar de hacerlo Rey, cuya tentación él rechazó (Juan 6:15). Asimismo, fue "el Diablo" en el desierto quien tentó a Jesús para que convirtiera las piedras en pan. Pero en Juan 6:30, 31 es el pueblo judío el que le ofrece la misma tentación. En el desierto el Señor respondió que el hombre vive del pan que sale de la boca de Dios. En Juan 6:32 él responde asimismo hablando del "verdadero pan del cielo". La tentación del "Diablo" de que manifieste públicamente sus poderes divinos delante de Israel en el templo de Jerusalén (Mateo 4:5, 6; Lucas 4:9-12) es repetida por Juan en relación con los hermanos del Señor que lo tientan para que suba al mismo templo y abiertamente se valide "ante el mundo" (Juan 7:1-5). De todas formas, la tentación de producir maná en el desierto era una tentación para desempeñar el papel de Mesías, como los judíos habrían esperado que efectuara, y esta fue exactamente la tentación que Jesús rechazó. También, la tentación de aparecer en el pináculo del templo y saltar desde allí a Israel era una tentación para ser el Mesías que Israel quería, más bien que lo que el Único Dios quería; porque según el Pesiqta Rabbati 36 rabínico: "Cuando el Rey, el Mesías, se revele a sí mismo, él vendrá y se pondrá en el techo del templo". Estas tentaciones se repetían, ya que "el diablo... se apartó de él por un tiempo" para regresar más adelante, por ej., en la forma de los parientes de Jesús que lo tentaron para que subiera a Jerusalén y realizara algunas acciones dramáticas para probar su identidad. Eran los judíos los que reiteradamente demandaban de Jesús una dramática "señal del cielo" (Mateo 16:1; 22:18, 35; Marcos 8:11; 10:2; 12:15; Lucas 11:16) "tentándolo" para que efectuara una. Ellos son los que continuaban la tentación de Jesús que conocimos por primera vez en el relato de sus tentaciones en el desierto. Aquí podemos conectar el "Satanás" del desierto con los judíos / la forma de pensar judía y la tentación de que fuera como ellos querían y no como Dios deseaba. 4. En Lucas 11:21, 22, el Señor Jesús habla de cómo él ya ha vencido a "Satanás" y ahora está compartiendo las pertenencias de Satanás con sus discípulos. Ahora bien, esto puede ser profético de la fe del Señor en la victoria sobre "Satanás" en la cruz. Pero también podría ser una referencia a su exitosa lucha con "Satanás" en el desierto. Si éste es el caso, entonces él está reflexionando en cómo entendió a "Satanás", no como un hombre poderoso literal que cuida su casa, porque Jesús no luchó con semejante persona en el desierto, sino más bien con el poder simbólico del pecado con el cual él hubo luchado y vencido (5). 5. Hay una evidente similitud entre las tentaciones / pruebas de Jesús y las tentaciones / pruebas de Israel, también en el desierto. Es por eso que cada vez el Señor replica a la tentación con una cita de Deuteronomio pertinente a las tentaciones de Israel en el desierto. El punto es que fue Dios quien puso a prueba a Israel. Las palabras griegas peirazo y peirasmos que se han traducido como "tentar" en el relato sobre la tentación en el desierto, se usan en la versión griega del Antiguo Testamento en conexión con Dios que pone a prueba a su pueblo (Génesis 22:1; Éxodo 15:25; 17:7; Números 14:22; Deuteronomio 4:34; 8:2; 9:22; 33:8; Salmos 95:8). Muy simple, quienquiera o lo que fuera que haya sido "el Diablo" en las tentaciones del Señor, fue bajo el control de Dios. Hemos señalado anteriormente que Dios puso a prueba a Israel en 2 Samuel 24:1, pero el paralelo en 1 Crónica 21:1 dice que fue "Satanás" el que hizo esto. 6. El Señor Jesús venció las tentaciones citando la Escritura. Esta es una forma entendible de vencer la tentación que se produce dentro de la mente humana; pero no hay lógica ni razón bíblica de por qué un ser maligno como un Satanás personal de algún modo huiría asustado cuando se le cita la Escritura. Si uno es tentado o amenazado por una persona maligna, peor aún por un "Satanás" personal, sería totalmente inútil tan sólo citar versículos bíblicos a la persona a fin de que nos deje. Pero una vez que se entiende que el verdadero "Satanás" es el adversario, o sea, nuestras propias tentaciones y pensamientos internos, entonces todo se hace más claro. 7. La idea de que el Señor fuera llevado por el espíritu y entonces viera cosas como que él estaba de pie sobre una alta montaña, o encaramado en el pináculo de un templo, todo tiene similitudes con la experiencia de Ezequiel. Él también fue "llevado por el espíritu" de Dios a los cautivos junto al río Quebar; él fue transportado allí "en espíritu", pero yo no creo que eso signifique que él estuvo allí literalmente (Ezequiel 1:4-28; 3:11-15; 11:1, 24, 25). Parece que lo mismo le ocurrió al Señor Jesús, el "hijo de hombre" a quien Ezequiel tipificó de tantas maneras. 8. El relato de las tentaciones empieza y termina con referencia al "espíritu". El Señor Jesús fue llevado por el espíritu de Dios al desierto para ser tentado por Satanás, y entonces "Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea" (Lucas 4:1, 14). La naturaleza del relato difícilmente sugiere que "Satanás" estaba en radical e independiente oposición al espíritu de Dios; incluso si entendemos a "Satanás" como un ser personal en la narrativa, claramente había una cooperación entre él y Dios a fin de poner a prueba al Hijo de Dios (compare con Pablo cuando entrega a personas a Satanás para que aprendan a no blasfemar - 1 Corintios 5:5). Y eso va en contra del clásico punto de vista sobre Satanás como un ser rebelde trabado en combate con Dios, siempre procurando oponerse a él. Explicaciones Sugeridas
1. Cuando Jesús fue bautizado en el Jordán por Juan, él recibió el poder del Espíritu Santo (Mateo 3:16). Tan pronto como salió del agua, fue llevado al desierto para ser tentado. Sabiendo que tenía el poder del espíritu para convertir piedras en pan, saltar desde edificios sin resultar herido, etc., estas tentaciones deben haber borbotado dentro de su mente. Si una persona hubiese sugerido estas cosas a Jesús y Jesús sabía que esa persona era pecadora, entonces las tentaciones eran muchísimo menos sutiles que si vinieran de dentro de la mente de Jesús. 2. La tentación de tomar los reinos para sí habría sido mucho más poderosa si viniera de dentro de Cristo. La mente de Jesús habría estado llena de pasajes de las Escrituras, y en su afligido estado de ánimo, ocasionado por su ayuno, debe haber sido tentador interpretar mal los pasajes a fin de que lo facultaran para justificar de tomar la salida fácil de la situación en la que estaba. Parado en una alta montaña evoca a Ezequiel cuando se le mostró desde una alta montaña cómo sería el reino (Ezequiel 40:2), y a Juan, quien vio "la santa Jerusalén" desde "un grande y alto monte" (Apocalipsis 21:10). Jesús vio los reinos del mundo tal como serían en el futuro (Lucas 4:5), es decir, en el reino, cuando "los reinos de este mundo hayan llegado a ser los reinos de nuestro Señor y de su Cristo" (Apocalipsis 11:15 Versión Rey Santiago). Tal vez él habría pensado en Moisés al término del peregrinaje de 40 años por el desierto (compare sus cuarenta días) pudo ver la Tierra Prometida (el reino) desde el Monte Nebo. En Daniel (4:17, 25, 32; 5:21) se hace hincapié en que "el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da", Jesús habría sabido que sólo Dios, y nadie más, podía darle el reino. Por lo tanto, no habría sido mucho una tentación si un monstruo maligno afirmara que podía dar el reino a Jesús, cuando él sabía que sólo Dios tenía el poder. Sin embargo, Jesús sabía que era la buena voluntad (de su Padre) darle el reino a él, y el "Diablo" debe haber sugerido dentro de Jesús que él podía tomar ese reino inmediatamente. Después de todo, él pudo haber razonado así: "Dios me ha delegado toda autoridad en perspectiva (Juan 5:26, 27)", al punto que él tenía poder tanto para dar su vida como para tomarla de vuelta (Juan 10:18), aunque finalmente todo poder le fue dado sólo después de su muerte y resurrección (Mateo 28:18). Jeremías 27:5-8 y Jeremías 34:5-8 en la Septuaginta hablan de cómo Dios ha hecho la tierra y la dará (Gr. Doso) a quienquiera que él desee; y éstas son precisamente las palabras del "Satanás" en el relato de Lucas: "A ti te daré [doso]... y a quien quiero la doy". Uno podría decir que ésta es una manera de explicar cómo el Señor Jesús fue tentado para "actuar como Dios" y buscar la igualdad con Dios, cuya tentación él rehusó (como lo señala Pablo en Filipenses 2). 3. Con su familiaridad con la Escritura, Cristo habría visto las similitudes entre él y Elías, cuyo estado de ánimo colapsó después de 40 días en el desierto (1 Reyes 19:8), y Moisés, quien perdió su derecho a la inmediata herencia de la tierra al término de 40 años en el desierto. Al término de 40 días, Jesús estaba en una situación similar a la de ellos; enfrentado a una posibilidad real de fracaso. Moisés y Elías fallaron a causa de la debilidad humana; no a causa de una persona llamada "el Diablo". Fue esta misma debilidad humana, el "Satanás" o adversario, lo que tentó a Jesús. 4. "Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios..." (Lucas 4:3). Debe haber sido una constante tentación dentro de la mente de Cristo cuestionarse si él era realmente el Hijo de Dios, ya que todos los demás pensaban que él era el hijo de José (Lucas 3:23; Juan 6:42) o hijo ilegítimo (así se implica en Juan 9:29), y las actas oficiales del templo lo describen como hijo de José (Mateo 1:1, 16; Lucas 3:23 donde la frase "según se creía" significa "así registrado por la ley". Fue el único ser humano que no tuvo un padre humano. Filipenses 2:8 implica que Jesús vino a darse cuenta que él era realmente un hombre como nosotros, infiriendo que era una tentación para él poner en duda que era el Hijo de Dios, y entender equivocadamente su propia naturaleza. 5. Las tentaciones fueron controladas por Dios para la educación espiritual de Cristo. Los pasajes que citó Jesús para fortalecerse en contra de sus deseos ("Diablo") pertenecen todas a la misma parte de Deuteronomio, referente a la experiencia de Israel en el desierto. Jesús vio claramente un paralelo entre su experiencia y la de ellos (ver cuadros comparativos a continuación). De este modo, Jesús nos mostró cómo leer y estudiar la palabra; él se imaginó a sí mismo en la posición de Israel en el desierto, y por consiguiente las lecciones que se pueden aprender de las experiencias de ellos las tomó para él mismo en las pruebas que tuvo en el desierto. La descripción que se hace del Señor Jesús en el desierto con las fieras y los ángeles (Marcos 1:13) es otra conexión con la experiencia de Israel en el desierto; fueron acosados allí por "bestias salvajes" a causa de su desobediencia (Deuteronomio 32:19-24 y contexto). ____________________________________________________________________________________ Deuteronomio 8:2 "Te ha traído Yahvéh Mateo 4 / Lucas 4 "Jesús fue llevado por el
Deuteronomio 8:3 "Y te humilló, y te hizo “Y después… tuvo hambre”. En Juan 6, el maná es interpretado por Jesús como una
Deuteronomio 8:5 "Reconoce asimismo en Jesús sin duda reflexionó en sus experiencias. Notas
(1) John Thomas, Eureka: An Exposition of the Apocalypse (West Beach, Australia: Logos Publications, 1985 ed.), Vol. 3 p. 65. (2) (2) G.H. Twelftree, "Temptation of Jesus", in I.H. Marshall, ed., Dictionary of Jesus and the Gospels (Leicester: IVP, 1992) p. 822. Ernst Lohmeyer también notó que el relato sobre las tentaciones en el desierto se parece mucho a una disputa entre dos rabinos; como si Jesús estuviera discutiendo con una mente judía sobre la interpretación de la Escritura. Véase Ernst Lohmeyer, The Lord's Prayer (London: Collins, 1965) p. 224. Henry Kelly ve el relato como "un típico debate público rabínico. Tales debates eran una forma de midrash (meditación sobre la Escritura) que mostraba a una figura de autoridad respondiendo a una serie de desafíos por medio de citar el pasaje correcto de la Escritura" -- Satan: A Biography (Cambridge: C.U.P., 2006) p. 87. Hay un pasaje en el Talmud (Sanedrín 89b) donde "Satanás" tienta tres veces a Abraham, y Abraham lo rechaza por medio de citar de la Escritura. Hay otro ejemplo en el Deuteronomio Rabbah 11.5 donde a Moisés también se le describe en un triple diálogo con un ángel para ponerse de acuerdo sobre su muerte. Mientras más investigadores exploran la literatura judía contemporánea con los evangelios, más se hace evidente que el estilo de los relatos del evangelio es similar al que se halla en la literatura contemporánea; y semejante prueba pública era muy parecida al estilo rabínico judío. "La tradición evangelista presenta gran parte de la enseñanza de Jesús en formas literarias semejantes a aquellas características de la literatura rabínica. Tales "formas" incluyen historias de milagros, parábolas, disputas, y ejemplos de "casos" tomados de situaciones de la vida real" – M. Wilcox, "Influencias Semíticas en el Nuevo Testamento", en C.A. Evans and S.E. Porter, eds., Dictionary of New Testament Background (Leicester: IVP, 2000) p. 1094. (3) Véase Oscar Cullmann, The State in the New Testament (New York: Scribners‟, 1956) p. 15. (4) ____________________________________________________________________________________ Los evangelios Sinópticos El Evangelio de Juan__________________________________________________________________ Mateo 16:19 las llaves del evangelio Juan 20:21, 23 Los relatos más literales del nacimiento de Juan 1:1-14 La gran c omisión de predicar Juan 14:12; 17:18; 20:21; Juan 15:8,16; Juan. 17:23 Todos los sinópticos incluyen la profecía del En Juan, el relato de esta profecía se ha
Los tres evangelios sinópticos En el evangelio de Juan falta el relato de la La necesidad del bautismo por agua Juan 3:3–5 El relato sobre el partimiento del pan La versión de Juan se halla en Juan 6:48–58. Se muestra que las muchas citas Juan expresa esto en un lenguaje más Cada uno de los sinópticos da algún El evangelio de Juan habla de Jesús como si _________________________________________________________________ (5) Este es en realidad el punto de vista de Joachim Jeremias, New Testament Theology
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