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EL VERDADERO DIABLO Una Exploración Bíblica |
correo electrónico del autor, Duncan Heaster
Contenido Capítulo 2 - Algunas Enseñanzas Básicas de la Biblia Capítulo 3 - Algunas Implicaciones Prácticas 3-1 Algunas Implicaciones Prácticas Capítulo 4 - Demonios Capítulo 5 - Un Examen de los Pasajes Específicos de la Biblia que Mencionan al Diablo y a Satanás Capítulo 6 - Algunas Conclusiones |
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2-4 El Satanás Judío
Ya hemos explicado que la palabra "Satanás" significa "adversario", y "el Diablo" se refiere a un calumniador. A veces, estos términos se pueden referir a personas u organizaciones que en algún sentido son "adversarios", y a veces en el Nuevo Testamento se refieren al mayor adversario humano, es decir, al pecado. Un cuidadoso estudio del Nuevo Testamento deja en evidencia que muy a menudo el "Satanás" del Señor Jesús como de sus primeros seguidores se relacionaba con el sistema judío que tanta oposición le hizo a él y la subsiguiente predicación acerca de él. No sólo los judíos crucificaron al Hijo de Dios, sino que el libro de Los Hechos deja en claro que fue la oposición judía el principal adversario de la difusión del evangelio y el establecimiento de la iglesia primitiva (Hechos 13:50, 51; 14:2, 5, 6, 19; 17:5-9, 13, 14; 18:6, 12-17; 21:27-36; 23:12-25). Pablo habla de la oposición judía, los cuales "mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas [los cristianos del primer siglo], y a nosotros nos expulsaron; y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres, impidiéndonos hablar a los gentiles para que éstos se salven; así colman ellos siempre la medida de sus pecados" (1 Tesalonicenses 2:13-16). Éstas son palabras fuertes, y se les debe dar plena importancia en nuestra evaluación del grado en que los judíos eran verdaderamente un gran "Satanás" para la causa de Cristo en el primer siglo. Tres veces la sinagoga le propinó a Pablo 39 azotes (2 Corintios 11:24). Los judíos de Antioquía de Pisidia maldijeron a Pablo y a su mensaje (Hechos 13:45), y los expulsaron de la ciudad y entonces ellos viajaron 180 Km. hasta Listra para oponerse allí a su predicación. Los judíos de Iconio y Jerusalén "incitaron" a las autoridades gentiles en contra de Pablo (Hechos 14:2, 5). No es de extrañarse que la midrash o comentario de Pablo acerca de Agar y Sara hable de la Jerusalén terrenal como los perseguidores de los verdaderos hijos de Dios (Gálatas 4:29). Muchas de las cartas de Pablo fueron ocasionadas por falsas enseñanzas judías e intentos de infiltrar las iglesias que él había fundado (Gálatas 2:4). En Roma y en otros lugares, los judíos intentaban ganarse el favor de los romanos informando a las autoridades de las actividades de los cristianos (1). Los escribas y fariseos judíos trataban arduamente "de hallar de qué acusarle [al Señor Jesús]" (Lucas 6:7); su falsa acusación en contra de él se vio especialmente durante sus juicios. La pregunta que les hizo Pilato: "¿Qué acusación traéis contra este hombre?" (Juan 18:29) muestra a los judíos como los máximos falsos acusadores del Hijo de Dios. Porque fue debido a que ellos desempeñaron el definitivo papel del Diablo, el falso acusador, que el Hijo de Dios fue inmolado. No es de extrañar que las ideas del "Diablo" y "Satanás" estén a menudo relacionadas con el sistema judío de oposición a Cristo y a su pueblo. La misma palabra griega para "acusador" se usa cinco veces en relación con la falsa acusación en contra de Pablo en un intento por obstaculizar su obra para Cristo (Hechos 23:30, 35; 24:8; 25:16, 18). La Oposición Judía como Satanás en Contra del Evangelio
Hay un sorprendente número de referencias al sistema judío, especialmente las judaizantes, que lo muestra como el Diablo o Satanás: --Lucas 6:7 describe a los escribas y fariseos buscando cualquier oportunidad para hacer falsas acusaciones en contra del Señor Jesús. Ellos efectivamente eran "el Diablo", el falso acusador. --1 Tesalonicenses 2:14-16 relata como "los judíos... nos expulsaron [a Pablo y sus ayudantes]... impidiéndonos hablar a los gentiles". Pero Pablo llega a decir en el v. 18: "Por lo cual quisimos ir a vosotros... una y otra vez, pero Satanás nos estorbó". El "Satanás" se refiere a las oposiciones judías en contra del evangelio y la planeada visita de predicación de Pablo a los gentiles de Tesalónica. --La declaración "falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo...Satanás mismo se disfraza como ángel de luz" (2 Corintios 11:13-14) probablemente se refiere a la sutil infiltración judaica en las jóvenes iglesias con "dobles agentes" (véase 2 Corintios 2:11; Gálatas 2:4-6; Judas 4). - Los falsos maestros entraron "sigilosamente" (KJV) tal como se desliza una serpiente (Judas 4). --El mismo grupo puede haber estado en la mente de Cristo en su parábola en la que el Diablo siembra cizaña en el campo del mundo (judío) secretamente (compare con "los falsos hermanos [judíos] introducidos a escondidas" (Gálatas 2:4-6). --La parábola del sembrador conecta al Diablo con las aves que quitan la palabra a potenciales conversos, deteniendo su crecimiento espiritual. Esto se aplicaría aptamente a los judaizantes que estaban alejando a las iglesias jóvenes de la palabra, y a los judíos que cerraban "el reino de los cielos delante de los hombres... ni [dejaban] entrar a los que están entrando [a los jóvenes conversos]" (Mateo 23:13). El Diablo quita la palabra del reino "para que no crean y se salven" (Lucas 8:12). --Los líderes religiosos judíos eran "de vuestro padre el diablo" (Juan 8:44). Esto explicaría la descripción del Señor acerca de Judas como un Diablo (Juan 6:70) porque el Diablo judío había entrado en él concebido, haciéndolo también un "Diablo". En el espacio de unos pocos versículos leemos al Señor Jesús diciendo que "el Diablo" es un "mentiroso" --y entonces declara que sus oponentes judíos eran "mentirosos" (Juan 8:44, 45). Estos son los únicos pasajes donde el Señor usa la palabra "mentiroso"-- muy claramente él identificó a esos judíos con "el Diablo". Si el padre de los judíos era el Diablo, entonces "el Diablo" era también una apropiada descripción de ellos. Ellos eran una "generación [engendrada por] víboras", aludiendo a la serpiente del Edén, la cual tipificaba al "Diablo", "la serpiente antigua, que se llama [es decir, que es similar al] diablo y Satanás" (Apocalipsis 12:9). De la misma manera que Judas llegó a ser un Diablo, el "falso profeta, judío, llamado Barjesús", se le llamó "hijo del diablo" (Hechos 13:6, 10), cuya descripción lo hace una personificación de la oposición judía al evangelio. Hay muchas otras conexiones entre la serpiente y los judíos; la más clara es Isaías 1:4 "¡Oh, gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados!". Esto describe a Israel en el lenguaje de Génesis 3:15 referente a la serpiente. Así, el salmo mesiánico 140:3, 10 describe a Cristo reflejando que sus perseguidores judíos "aguzaron su lengua como la serpiente; veneno de áspid hay debajo de sus labios... caerán sobre ellos brasas; serán echados en el fuego" (¿se refiere a la mampostería que se derrumbó en Jerusalén en el año 70 d.C.?). Es muy posible que el estímulo de Cristo a los setenta, cuando les dijo: "He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo" (Lucas 10:19) tenga una básica referencia a la capacidad de ellos para vencer a la oposición judía durante su gira de predicación. --Salmos 109 es una profecía de la traición a Cristo y su muerte (109:8 = Hechos 1:20). Los satanes ("adversarios") del Señor Jesús, de los cuales habla el salmo, eran los judíos, y el específico "Satanás" del v. 6 era Judas. --La disputa de Miguel el Arcángel con el Diablo por el cuerpo de Moisés podría referirse al ángel que condujo a Israel por el desierto, el cual contendió con un grupo de judíos disconformes (Judas 9) --"La sinagoga de Satanás" que perseguía a las iglesias (Apocalipsis 2:9; 3:9) hace explícita la conexión entre "Satanás" y la oposición judía al evangelio. Judas, Satanás y los Judíos Salmos 55:13-15 predice la traición de Judas a Jesús. Habla de Judas en singular, pero también habla de su obra como si hubiese sido hecha por un grupo de personas; en la práctica, los judíos: "[Fuiste] tú, hombre, al parecer íntimo mío, mi guía, y mi familiar; que juntos comunicábamos los secretos... Que la muerte los [plural] sorprenda; desciendan vivos al Seol" (compare con el final de Judas). Asimismo, la otra profecía acerca de la traición de Judas también lo conecta con el sistema judío: "Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía [compare con la escena cuando Jesús pasó el pan mojado a Judas], alzó contra mí el calcañar. Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar, y les daré el pago" (Salmos 41:9, 0). Así, a Jesús se le relaciona con los judíos que querían matar a Jesús, y, por lo tanto, también a él se le llama un Diablo. Tanto Judas como los judíos eran clásicos "diablos" debido a su sometimiento a la carne. También esto queda confirmado en una lectura de Salmos 69. El versículo 22 se cita en Romanos 11:9, 10 referente a los judíos: "Sea vuelto su convite en trampa... sean oscurecidos sus ojos". El pasaje continúa en Salmos 69:25: "Sea su palacio asolado; en sus tiendas no haya morador". Esto se cita en Hechos 1:16, 20 para referirse exclusivamente a Judas, pero los pronombres se cambian según corresponda: "Era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas... Sea hecha desierta su [singular] habitación, y no halla quien more en ella; tome otro su oficio". En la parábola del sembrador, "el Diablo" se define como el enemigo de Cristo el sembrador / predicador del evangelio; y sus enemigos inicialmente eran los judíos. Estos eran la "cizaña" que fue sembrada entre el trigo que Cristo había sembrado, "los escándalos [BJ]", y Pablo advierte en contra de los judaizantes que causaban "ofensas y cismas para causar caos en la iglesia (Romanos 16:17; 14:13; Mateo 13:38, 39, 25, 41). Jesús confirma todo esto en Mateo 15:12-13 al describir a los fariseos como plantas "que no plantó mi Padre Celestial", que habían de ser desarraigadas en el juicio. Fue este "Diablo" el que puso en la mente de Judas la idea de traicionar a Jesús, y así lo implica Lucas 22:2, 3: "Los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo matarle... y [entonces] entró Satanás en Judas". Las ideas judías acerca de un inmediato reino y el derrocamiento del yugo romano por medio de un Mesías atractivo y heroico entraron en Judas, y causaron que se volviera tan amargo en contra del mesiazgo de Cristo, que lo traicionó. El Satanás judío, en la forma tanto de los judíos como de su ideología, estaba trabajando en los otros discípulos también: "Satanás os ha pedido [plural], les advirtió Jesús. El Sumo Sacerdote estaba buscando especialmente a Pedro: "Yo he rogado por ti [Pedro, en singular], que tu fe no falte" (Lucas 22:31-32). ¿Pudo Jesús prever al Satanás, el Sumo Sacerdote, que arrestaría a Pedro y su subsiguiente juicio en prisión? Durante todo el primer siglo, el Diablo judío y romano buscó "a quien devorar" (1 Pedro 5:8). Es posible que 1 Juan 2:14 haga referencia al Satanás judío o "el maligno" que trataba especialmente de subvertir a los jóvenes conversos, tanto en años como en madurez espiritual, tal como había tratado de subvertir a los discípulos durante el ministerio de Cristo: "Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno". La Ley de Moisés Como Un Adversario Cuando Pedro estaba explicando cómo Cristo había abierto una vía para que los gentiles obtuvieran la salvación sin la ley, les recordó cómo Jesús había sanado "a todos los oprimidos por el diablo" (Hechos 10:38), "oprimidos" significa literalmente "sujetados", ¿está él sugiriendo que la gente a la que Jesús ayudó había estado desesperanzadamente en cautividad al sistema judío? La frase "Al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo" (Hebreos 2:14) puede referirse al hecho que "el aguijón [poder] de la muerte es el pecado, y el poder del pecado [es] la ley [judía]" (1 Corintios 15:56; véase también Romanos 4:15; 5:13; 7:8, donde "la ley" que da poder al pecado es claramente la ley judía). Teniendo presente que el término el "Diablo" a menudo se refiere al pecado y a la carne, parece significativo que "la carne" y "el pecado" estén a menudo relacionados con la Ley Mosaica. El pasaje completo de Hebreos 2:14 se puede leer con referencia a la Ley judía que es "quitada de en medio" por la muerte de Jesús ["para destruir al que tiene el poder de la muerte" KJV]. El Diablo mantenía a los hombres en cautividad, tal como lo hacía la ley (Gálatas 4:9; 5:1; Hechos 15:10; Romanos 7:6-11). La ley era un "acusador" Romanos 2:19, 20; 7:7) tal como lo es el Diablo. Uno de los principales temas de Gálatas es la necesidad de dejar la ley. "A libertad fuisteis llamados... Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple...Digo, pues, andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu... para que no hagáis lo que quisiereis". Era debido a que era imposible que un hombre pecador guardara la ley, era imposible obedecerla como uno desearía. "Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley". Esto parece confirmar la vinculación entre la ley y la carne (Gálatas 5:13-18). El mismo contraste entre el Espíritu y la ley / carne se ve en Romanos 8:2-3. "La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte... lo que era imposible para la ley [de Moisés]". La ley indirectamente alentaba las "obras de la carne" enumeradas en Gálatas 5:19-21, mostrando en la práctica que los judíos se volvían más moralmente degenerados que incluso las naciones cananeas, lo que hizo necesaria la exposición de Pablo en Romanos 1 acerca del estado renegado en que se hallaba Israel. Gálatas 5:24-25 implica que de la misma manera en que Jesús crucificó a la ley (Colosenses 2:14) por medio de su muerte en la cruz, así la iglesia primitiva debería crucificar la ley y las pasiones que generaba por su específica negación de tantos deseos carnales: "Los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos". Esto parece estar conectado con Romanos 7:5 "Mientras estábamos en la carne, las pasiones [la misma palabra griega, 'pasiones', de Gálatas 5:24] pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros". La frase "mientras estábamos en la carne" parece referirse a "mientras estábamos bajo la ley". Porque Pablo implica que él ya no está "en la carne", pero lo estaba si "la carne" sólo se refiere a la naturaleza humana. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hebreos 2:14 declara que el Diablo fue destruido por la muerte de Cristo. El término griego para "destruir" se ha traducido como "abolir" en Efesios 2:15: "Aboliendo [Darby: "anulando"] en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas" . Esto igualaría al Diablo con la enemistad, o mente carnal (Romanos 8:7) generada por la Ley Mosaica; recuérdese que el libro de Hebreos se escribió principalmente para los creyentes judíos. La ley misma era perfecta, en sí misma no era el ministerio del pecado, sino el efecto que tuvo en el hombre había de estimular al "Diablo" dentro del hombre a causa de nuestra desobediencia. "El poder del pecado [es] la ley" (1 Corintios 15:56). "Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató" (Romanos 7:8, 11). De ahí que "la paga del pecado [estimulada por la ley] es muerte" (Romanos 6:23). Es muy posible que el "pecado" en Romanos 6, al cual no deberíamos seguir sirviendo, puede tener alguna referencia a la Ley Mosaica. Es probable que los judaizantes fueran, con largueza, la mayor fuente de falsas enseñanzas en la iglesia primitiva. La suposición de que Pablo está batallando en contra del gnosticismo es un anacronismo, porque las herejías gnósticas se desarrollaron algún tiempo después. Sería cierto decir que los judaizantes presentaron las incipientes ideas gnósticas en la forma de decir que el pecado no debía tomarse tan seriamente, porque la ley proporcionaba una serie de fórmulas para eludirlo. La ley producía una demostración externa en la "carne", especialmente en la señal de la circuncisión (Romanos 2:28). Hay una frecuente asociación del pecado (el Diablo) y la Ley Mosaica en todo el libro de Romanos (esto no significa que la ley es en sí misma pecaminosa, ya que conduce al pecado sólo debido a la debilidad humana). Un claro ejemplo de esto se encuentra en Romanos 6 que habla de que nosotros morimos al pecado y vivimos para la justicia, mientras que Romanos 7 habla en el mismo lenguaje acerca de la ley; de este modo, "el que ha muerto, ha sido justificado del pecado... así también vosotros consideraos muertos al pecado" (Romanos 7:4). Otros ejemplos relevantes se hallan tabulados en la página anterior. "Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne" (Romanos 8:3) -- compare con Gálatas 4:4-5, "nacido de mujer y nacido bajo la ley [compare con "carne de pecado"], para que redimiese a los que estaban bajo la ley". La fuerza del argumento en su contexto primario era que habiendo sido bautizados, deberían dejar la ley, ya que ella estaba conectada con el pecado del cual los salvaba el bautismo -- los introducía a la salvación por medio de la pura gracia en Jesús. El escritor de Hebreos tenía esta conexión en mente cuando escribió acerca de las "ordenanzas acerca de la carne" (Hebreos 9:10; 7:16). Para ser justificado por la ley había de ser "perfeccionado por la carne", tan estrecha es la conexión entre la ley y la carne (Gálatas 3:2, 3). "Nosotros [los que hemos dejado la ley]... no teniendo confianza en la carne [es decir, en la ley]. Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne" (Filipenses 3:3-4), y entonces Pablo procede a enumerar todas las cosas que le dieron prestigio a los ojos de la ley y del sistema judío. Él asocia estas cosas con "la carne". Pablo resume su argumento en Colosenses 2, donde, en el contexto del bautismo y de advertir a los creyentes de no volver a la ley, él sostiene: "Si habéis muerto con Cristo [en el bautismo] en cuanto a los rudimentos del mundo [judío], ¿por qué, como si vivieseis en el mundo [judío] [es decir, bajo la ley], os sometéis a preceptos [mosaicos]?" (v. 20). La ley estaba "contra nosotros, que nos era contraria" (Colosenses 2:14) -- de ahí que se le llame un adversario / Satanás. Los judíos naturales bajo la Ley Mosaica, en oposición al pacto Abrahámico respecto a Cristo, se les llama "los hijos de la carne" (Romanos 9:8). De manera similar, aquellos que se hallan bajo la ley se les asemeja al hijo de la esclava que "nació según la carne" (Gálatas 4:23). Pablo razona: "¿Estáis ahora perfeccionado por la carne? ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley ?" (Gálatas 3:2, 3) -- como si la frase "por la carne" fuese equivalente a "por la ley". Ahora podemos entender por qué Hebreos 7:16-18 habla de la "ley de prescripción carnal... abrogada... por razón de su ineficacia e inutilidad" (Biblia de Jerusalén). No sólo se usa la palabra "carnal" con connotaciones claramente carnales en otros pasajes, sino que la ley que se describe como "débil" invita a la conexión con frases como "la carne es débil" (Mateo 26:41). Por lo tanto, Romanos 8:3 describe la ley como "débil por la carne". "El Dios de Este Siglo" Si la Escritura interpreta a la Escritura, "el dios de este siglo [aion]" de 2 Corintios 4:4 debe ser similar al "príncipe de este mundo [cosmos]" (Juan 12:31; 14:30; 16:11). El siglo [aion] judío como el cosmos judío terminaron en el año 70 d.C. En el contexto, Pablo ha estado conversando en 2 Corintios 3 acerca de cómo la gloria que brillaba del rostro de Moisés cegaba a los israelitas de modo que no podían ver el verdadero espíritu de la ley que apuntaba hacia Cristo. De manera similar, él sostiene en el capítulo 4, que los judíos del primer siglo no podían ver "la luz del glorioso [compare con la gloria del rostro de Moisés] evangelio porque aún estaban cegados por "el dios de este siglo", el gobernante de la era judía. El "príncipe" o "dios" del "mundo" [generación] era el sistema judío, manifestado esta vez en Moisés y su ley. Note cómo se describe a los judíos que "se jactan de la ley... se glorían en Dios" (Romanos 2:17, 23). Para ellos, la Ley de Moisés se había convertido en el dios de su siglo. Aunque la conexión no se ha hecho explícita, parece que no hay razón para dudar que "el príncipe de este mundo" y "Satanás" están conectados. Es evidente por Hechos (9:23–25,29–30; 13:50,51; 14:5,19; 17:5,13; 18:12; 20:3) que los judíos eran el principal "Satanás" o adversario para los primeros cristianos, especialmente para Pablo. Por supuesto, tiene que recordarse que hay una diferencia entre el carácter personal de Moisés y la ley que él administraba; este contraste se hace constantemente en Hebreos. De manera similar, la ley era "santa, justa y buena", pero resultaba en pecado debido a la debilidad del hombre; era "débil por la carne", explicando por qué la idea de Satanás / pecado está conectada con la ley. A causa de esto, se hallaba en práctica un ""ministerio de muerte", y, por lo tanto, un significativo "adversario" (Satanás) para el hombre; porque en realidad, "las pasiones pecaminosas... eran por la ley" (Romanos 7:5). La Oposición Judía como "Satanás" en Romanos 16
El sistema judío cesó de ser un serio adversario o Satanás para los cristianos en el período subsiguiente a su destrucción en el año 70 d.C., como Pablo profetizó: "El Dios de paz aplastará en breve a Satanás" (Romanos 3:20). Un estudio más detenido del contexto revela más precisamente la mentalidad del Satanás judaizante. Satanás aplastado alude al tiempo en que la simiente de la serpiente fue aplastada, según Génesis 3:15. Por lo tanto, los judíos se asemejan a la serpiente-Satanás de Génesis (tal como ocurre en Juan 8:44), en que ellos causaban "divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido" (Romanos 16:17). Otros detalles de Romanos encajan ahora en el contexto de Génesis 3:15: "Porque tales personas no sirven... sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos" (v. 18). Las lisonjas de los judaizantes eran como las de la serpiente. En vez de "¿Por qué no comes del fruto?" era "¿Por qué no guardas la ley?". Isaías 24:6 mucho antes había establecido que debido al pecado del sacerdocio "la maldición consumió la tierra / territorio"; "veneno tienen como veneno de serpiente" (Salmos 58:4). De este modo, el árbol del conocimiento viene a representar la ley, porque "por medio de la ley es el conocimiento del pecado" (Romanos 3:20). Las hojas de la higuera con las cuales se cubrieron Adán y Eva también representaban la ley, ya que fueron reemplazadas por el cordero inmolado. Su aspecto inicialmente lustroso tipifica bien la evidente cobertura del pecado por medio de la ley, el cual se desvaneció con el tiempo. La higuera es un símbolo de Israel. Parece razonable especular que habiendo comido del fruto del árbol del conocimiento, ellos fabricaron sus delantales de él, dando a entender de este modo que el árbol del conocimiento era una higuera. De este modo, tanto el árbol como las hojas representan la ley y el sistema judío; también es apropiado si las hojas eran del mismo árbol. También es digno de señalar que cuando Cristo describió a los fariseos de tener un aspecto exterior "hermoso", él usó una palabra que en la Septuaginta se usó referente al árbol del conocimiento, como si ellos estuvieran de algún modo conectados con él (Mateo 23:27). Era como si los judaizantes dijeran: "Con que Dios os ha dicho que no podéis guardar la ley? ¿Por qué entonces él la ha puesto ahí? Os hará bien, os dará mayor conocimiento espiritual". Colosenses 2:3-4 muestra que esta clase de razonamiento se estaba produciendo: "En [Cristo] están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas". Aquí está otra alusión a la serpiente. Porque todo el conocimiento espiritual se halla en Cristo, dice Pablo, no sean engañados por ofrecimientos de conocimiento más profundo. De este modo, la relación de Adán y Eva con Dios en el Edén que la serpiente envidiaba y rompió, es paralela a que nosotros estemos "en Cristo" con todo el conocimiento espiritual que hay ahí. Es por eso que Pablo advirtió a Corinto: "Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo" (2 Corintios 11:3). Por lo tanto, la "fidelidad a Cristo" era lo mismo que la relación del hombre con Dios en el Edén. Así que de nuevo vemos a los falsos maestros judaicos equiparados con la serpiente-Satanás de Génesis. Tito 1:10 y 2 Pedro 2:1-3 definen específicamente a estos hombres que usaban abundancia de palabras y sofismas como "los de la circuncisión", es decir, falsos maestros judíos. A aquellos de 2 Pedro 2 se les describe hablando mal en contra de los ángeles (v. 12 compare con Judas 8), de la misma manera que la serpiente habló mal de los mandatos angélicos que se dieron en el Edén. Se ha señalado que hay un retruécano arameo que conecta a la serpiente [hewya] con la idea de instrucción [Hawah] (2). Volviendo a Romanos 16, se habla de los Satanes / adversarios judaizantes que sirven a "sus propios vientres" (v. 18) como lo hizo la serpiente. Tal vez a la serpiente le gustaba el aspecto de la fruta y quería justificar que ella también habría comido; para hacer esto, persuadió a Eva para que comiera. Como la serpiente servía a su vientre, tuvo que arrastrarse sobre él. De manera similar, los judaizantes querían quedar justificados por guardar la ley, y por lo tanto, persuadían a Eva, la esposa cristiana de Cristo (2 Corintios 11:1-3), a que hiciera lo mismo. "Pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos ["inocentes" NIV] para el mal" (Romanos 16:19). "Sed, pues, prudentes como serpientes [¿refiriéndose principalmente a los fariseos?], y sencillos como palomas", dijo Jesús (Mateo 10:16). Conclusiones La extensión de la oposición judía al evangelio de Cristo está claramente evidente en todo el Nuevo Testamento, incluso si uno tuviera que "leer entre líneas" para percibirlo. Tanto por medio de alusiones directas como indirectas, los judíos fueron el gran "Satanás" o adversario para la causa cristiana en el primer siglo. Notas (1) Eckhard Schnabel, Early Christian Mission (Downers Grove: I.V.P., 2004)
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