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EL VERDADERO DIABLO Una Exploración Bíblica |
correo electrónico del autor, Duncan Heaster
Contenido Capítulo 2 - Algunas Enseñanzas Básicas de la Biblia Capítulo 3 - Algunas Implicaciones Prácticas 3-1 Algunas Implicaciones Prácticas Capítulo 4 - Demonios Capítulo 5 - Un Examen de los Pasajes Específicos de la Biblia que Mencionan al Diablo y a Satanás Capítulo 6 - Algunas Conclusiones |
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Digresión 5 Cristo y “Los espíritus encarcelados” "Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua. El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo" (1 Pedro 3:18-21). "fue" En primer lugar, necesitamos eliminar cualquier malentendido que surja de la palabra "fue". La literatura griega contemporánea a menudo usaba tales expresiones en un sentido redundante. Efesio 2:17 declara que Jesús "vino" y predicó la paz a nosotros. Pero esto no significa que él mismo en persona vino a nosotros y predicó. En realidad, las expresiones de ir, venir o movernos se usan a menudo en relación con la predicación de una persona, por ejemplo, Mateo 9:13: "Id, pues, y aprended lo que significa". El Señor no quiso decir que ellos fueran literalmente a algún lugar. Asimismo, Daniel 12:4 y Habacuc 2:2 instaban a aquellos que entienden la palabra de Dios a que "corrieran", no literalmente, sino en respuesta a la palabra predicada. De Dios mismo se habla que él viene, desciende, etc., cuando él "predica" a la humanidad (por ejemplo, Génesis 11:5; Éxodo 19:20; Números 11:25; 2 Samuel 22:10). En Jeremías 39:16, al encarcelado Jeremías se le dice: "Ve y habla a Ebed-melec..." una palabra del Señor acerca de él. Jeremías no podía haber dejado literalmente la cárcel para hacerlo; pero la idea es que una persona que se encuentra con la palabra de Dios ha, por decirlo así, experimentado que el Señor "fue" a él o ella. Y en este sentido, el mensaje del Señor Jesús (en su esencia) podría "ir" a las personas sin que él fuera físicamente a cualquier lugar o sin siquiera existir conscientemente en ese tiempo. Predicando en el Espíritu Procuremos entender cómo Cristo pudo predicar en su espíritu. "Siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en [Gr. "por medio, a causa del"] espíritu". El Señor fue resucitado "según el Espíritu de santidad" (Romanos 1:4). ¿Por qué resucitó Cristo? Debido a su vida y carácter sin pecado, es decir, su "espíritu" de una vida santa. En esto se halla la conexión entre el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo y la resurrección de Jesús. El Padre lo resucitó a causa de su espíritu de santidad, su santo espíritu de vida. También nosotros seremos resucitados a vida eterna a causa de nuestro espíritu de vida que estamos desarrollando en el presente: "Si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros" (Romanos 8:11). Este pasaje muestra que el espíritu de Cristo es el mismo espíritu que ha de morar en nosotros. Esto no significa que somos espíritus desincorporados, sino más bien que nuestro modo / espíritu de vida debe ser el de Jesús. 1 Pedro 4:1 establece lo mismo, hemos de armarnos con la misma mente /espíritu que estaba en Cristo mientras sufría en la cruz. Si nuestro espíritu y el de Cristo coinciden y somos uno, entonces tenemos el testimonio de que somos verdaderamente hijos de Dios (Romanos 8:16). Fue por medio de este mismo espíritu que Cristo testificó a la humanidad encarcelada, especialmente en los días de Noé, según muestra Pedro. Ese espíritu de Cristo estaba en todos los profetas, y ésta era la esencia de su testimonio: "El testimonio [predicación] de Jesús es el espíritu de profecía" en el sentido que la predicación del profeta era en esencia la predicación de Jesús mientras que tenían su Espíritu en su mensaje En todo 1 Pedro 3 y 4 hay un indudable tema de la oposición entre la "carne" (aquello que es externo, el aspecto de las cosas) y el "espíritu" (aquello que es interno, lo cual es de Dios).
De este modo, el espíritu por el cual Jesús fue vivificado hace un paralelo con nuestro espíritu de vida para con Dios, un espíritu apacible, una vida de justicia, de buena conciencia, etc. Su Espíritu ha de ser nuestro espíritu; nosotros hemos de ser del "mismo sentir / espíritu" con él, compartiendo el pensamiento que él tenía especialmente durante su tiempo de morir (1 Pedro 4:1). Y esta es exactamente la intención de Filipenses 2:5: "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús" al tiempo de su muerte. Note que el Espíritu de Jesús está personificado en la mentalidad que él manifestó durante su muerte. Es esta misma mente / espíritu la que ha de estar en nosotros. Por lo tanto, es en este sentido que por medio de su muerte el Señor Jesús predicó "en espíritu" a aquellos a quienes nunca había conocido. En este sentido, el estilo de vida de mente espiritual de Noé fue su testimonio para el mundo de su época. Pedro dice en 1 Pedro 3:19 que Cristo por medio de su espíritu predicó al pueblo en los días de Noé. En 2 Pedro 2:5 él dice que Noé fue un predicador de [o Gr. "por medio de la"] de justicia al pueblo que lo rodeaba. No obstante en 1 Pedro 3:19 Pedro dice que Cristo predicó a esa misma gente por medio de su Espíritu. Seguramente la explicación es que aunque Noé nunca conoció al Señor Jesús, él vivió conforme al mismo espíritu piadoso que tuvo Jesús; y este fue su testimonio a su mundo. Finalmente, hay un solo Espíritu (Efesios 4:4). El mismo espíritu de santidad que estaba en Jesús también estaba en Noé."El Espíritu", el Espíritu de Dios y el Espíritu de Cristo se hallan todos equiparados en Romanos 8:9. "Los Espíritus Encarcelados" Inmediatamente la mente va a Isaías 42:2, 7, que, al hablar de la predicación de Jesús, profetiza que él liberaría a los que se hallen espiritualmente aprisionados; no tanto por una enseñanza didáctica directa, sino por el espíritu de su personalidad y ejemplo. De modo que la "prisión" es simplemente la prisión de la mente humana, que el ejemplo mental de Jesús puede abrir. Obviamente, preguntamos por qué a la gente común se le describe en este pasaje como "espíritus". El contexto está hablando del testimonio de Jesús a la gente por medio de su Espíritu o forma de vida según se manifestó en su gente. El espíritu dentro de su gente apela al espíritu o corazón / mente encarcelado de sus oyentes. Nosotros apelamos al corazón, el espíritu, por medio de nuestro testimonio; no tan sólo al intelecto. El espíritu de Cristo que está dentro de nosotros apela al espíritu aprisionado que está dentro de los demás. Los "espíritus encarcelados" fueron en otro tiempo desobedientes (1 Pedro 3:20). Las mismas dos palabras griegas traducidas "en otro tiempo" y "desobedientes" ocurren en Romanos 11:30 referente a todos nosotros, los que "en otro tiempo" fuimos "desobedientes a Dios". Esta es seguramente una de las muchas ocasiones en que la fraseología de Pedro es tan similar a la de Pablo que sin duda está aludiendo a él; y de este modo Pedro está estableciendo el punto de que aunque el testimonio del espíritu de Cristo era, en su contexto, específicamente para la generación de Noé, es también el testimonio que todos recibimos de aquellos que tienen el espíritu de Cristo en cualquier tiempo. Pedro acaba de decir cómo los desobedientes se han convertido por el testimonio de una forma de vida espiritual centrada en Cristo (1 Pedro 3:1). Pedro está escribiendo contra un contexto de "los últimos días", de los cuales la generación de Noé es una clara representación. Tal como ellos recibieron el testimonio por medio del espíritu de Cristo en Noé, así la generación de los últimos días tiene un testimonio semejante. La paciencia de Dios "esperaba" en los días de Noé; el griego implica esperar por algo. También se ha traducido como "expectación". Dios estaba esperando y a la expectativa de una respuesta al testimonio de Noé; y en esto vemos la buena disposición de Dios. Él se aferraba a la esperanza de una respuesta; y no hubo ninguna. El Espíritu de Cristo y el de Dios han sido siempre su testimonio para todas las generaciones. Surge la pregunta en cuanto a por qué Pedro escogió enfocarse específicamente en el ejemplo de Noé de entre todas las generaciones. Quizás esto fue porque la generación de Noé es una representación de los últimos días, en la que Pedro creía que estaba viviendo. Y por lo tanto este estudio en su totalidad tiene una gran relevancia para nuestros días, porque el testimonio crucial de los últimos días es por medio del espíritu de Cristo en nosotros testificando de un mundo crecientemente auto-aprisionado.
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